EL IMPUTADO ROMPIO EL SILENCIO
El carnicero pidió declarar y dijo no recordar el momento del homicidio
Con la seriedad que lo caracteriza, Carlos Lerena se puso de pie y solicitó declarar para dar su versión de los hechos. La familia de la víctima esperaba al menos un pedido de perdón. Fue todo lo contrario. El carnicero ensayó un discurso en el que se centró únicamente en el día en el que se encontraba en su casa con Horacio Rodríguez Videla para hacer efectivo el pago de una deuda. Una cifra que rondaba los $167.000. Contó que discutió con Videla porque éste pretendió cobrarle un interés por encima de lo acordado con los dueños de la firma a quien Lerena le debía.
El carnicero indicó que por eso nunca le entregó el dinero a la víctima, que se enfureció y empezaron a discutir. Cuando el Tribunal quiso indagar respecto a lo ocurrido luego, Lerena contestó que no recordaba nada más.
Según la investigación, el ganadero mercedeño firmó el recibo y con su teléfono celular hizo una llamada a Buenos Aires, informando que la deuda fue saldada. Tras cortar la comunicación, Lerena le propinó cuatro golpes en la cabeza con una llave francesa y le asestó cinco puñaladas en el tórax. Consumada la muerte, el carnicero descuartizó el cuerpo de la víctima como si fuera un animal. Colocó los restos de Rodríguez Videla dentro de bolsas de consorcio para arrojarlas al río Paraná, pero la Policía actuó rápido y descubrió el asesinato. Festejo Cuando finalizó la lectura de la resolución judicial, la familia Rodríguez Videla expresó una serie de calificaciones contra Carlos Lerena. “Asesino, te vas a podrir en la cárcel”, fue una de las frases que se escuchó. Mien-tras que Graciela, hermana de Horacio, dijo que esto es una obra de Dios, “porque Horacio está vivo”, vociferó la mujer. Tanto Horacio Rodríguez Videla (hijo) como Rosario, una de las hermanas del consignatario, dijeron estar conformes con el fallo y agradecieron el trabajo hecho por la Policía provincial y la Justicia.
Jueves, 5 de julio de 2012
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