La falta de empleo y la inflación golpea más fuerte a los que menos tienen. La crisis se profundiza y quienes primero dan señales de alerta son los comedores comunitarios de la ciudad. Tras cerrar 2017 con un incremento del 50 por ciento en la cantidad de asistencia, la demanda por un plato de comida, lejos de mermar, se incrementa.

Cada fin de semana se suman, en promedio, dos familias más en cada uno de los comedores que administra el movimiento Barrios de Pie en las comunidades más carenciadas de la ciudad. “La situación sigue empeorando y cada vez van surgiendo más necesidades en las familias. Eso en los comedores se advierte, porque cada vez acude más gente a buscar un plato de comida”, comentó a NORTE de Corrientes María Eva Romero, una de las referentes del movimiento social. Esta organización administra unos 25 espacios comunitarios, los que reciben a entre 80 y 100 niños cada uno acompañados de sus padres, hermanos y algunos hasta los abuelos, sumando entre 200 y 240 personas. “Viven todos juntos, especialmente en los asentamientos. Un grupo de familias está compuesto por los padres, los hijos, los abuelos y algunos hasta los tíos. La mayoría tiene muchos chicos, el promedio es de cinco”, agregó Romero. En los barrios periféricos el incremento en la demanda alimenticia se siente con fuerza, y en los comedores deben alimentar a todos con la misma cantidad de mercaderías que reciben desde hace un año. Esto obliga a hacer más “rendidor” el stock de mercaderías que entrega semanalmente el Ministerio de Desarrollo Social. “Tenemos que reducir un poco las raciones, para poder darles a todos. Vienen a buscar las porciones y nadie se va con la vianda vacía”, dijo.

Sectores vulnerables

La afluencia de gente viene fundamentalmente desde las zonas más vulnerables de la ciudad. La mayoría vive de changas o planes sociales, puesto que no tiene trabajo formal. Las ocupaciones en obras en construcción, ladrilleros, servicio doméstico, malloneros y cartoneros; de acuerdo al relevamiento realizado el año pasado por la organización. Además, comenzaron a medir el peso y la talla de los chicos que asisten a los comedores, para completar el trabajo iniciado el año pasado. De acuerdo a ese relevamiento, el 40 por ciento de los niños que asisten a los comedores comunitarios tienen malnutrición. De ellos, el 25 por ciento tiene sobrepeso u obesidad, y un 15 por ciento un bajo peso y riesgo de desnutrición. Asimismo, esperan el mejoramiento de la estructura donde funcionan los comedores y esperan un encuentro con el nuevo titular del área de los comedores comunitarios de Desarrollo Social, Lucas Caballero. Desde hace dos meses la organización recibe cajas alimentarias que reparte entre las familias más necesitadas. Esta asistencia se extenderá hasta agosto próximo. Reclaman que a la caja se incorporen alimentos con nutrientes, y señalan que “no tiene proteínas y los chicos necesitan cambiar su alimentación”. El movimiento social Barrios de Pie trabaja desde hace más de diez años en asistir a las personas que no pueden satisfacer la demanda de comida. Implementan la modalidad de vianderos donde se brinda la ración de alimento para el almuerzo familiar durante los fines de semana, mientras que por la tarde se ofrece la copa de leche.s

Martes, 10 de abril de 2018