SALUD
Comer tierra aumenta la inteligencia y mejora el humor
Los niños saben más que los adultos cuando se desbocan a jugar en la tierra con despreocupada alegría. En realidad no sólo están entrando en contacto con la epidermis de la biomatriz planetaria, están aumentando su capacidad mental. No estamos seguros, pero tal vez incluso existe un proceso místico ancestral, una resonancia gaia-mórfica, en el acto de llenarnos de tierra e ingerirla por la boca o por los poros.
Un estudio realizado por Dorothy Matthews, de Sage Colleges en el estado de Nueva York, en el que se le dio una crema de maní con una bacteria común a la tierra a ratones, demostró que éstos atravesaron laberintos el doble de rápido y además lo disfrutaron.
En este estudio de recompensa por su labor se le dio a los ratones una pequeña dosis de Mycobacterium vaccae, los cuales no solo resolvieron su tarea con mayor efectividad en un principio sino a lo largo de 6 semanas en 16 pruebas de control subsecuentes y los efectos positivos de la bacteria duraron 4 semanas después de administrada.
Matthews sugiere que los resultados se deben a los efectos que tiene esta bacteria en el sistema inmunológico. Se cree que activan cúmulos de neuronas en la región dorsal del cerebro conocida como núcleo de Raphe. Estas neuronas conectan el cerebro frontal con otras estructuras cerebrales que regulan el estado de ánimo y el comportamiento.
Matthews cree que la exposición a esta bacteria, que se encuentra en la tierra y es inofensiva, puede tener efectos en el cerebro humano también. “Solo muestra que evolucionamos con la tierra como cazadores-recolectores. Así que apaguen su televisor y vayan a trabajar en su jardín o a caminar en el bosque”.
Después de todo sólo necesitamos sol, tierra, agua y aire. Lo demás es accesorio… “Eat dirt it´s great!”Los niños saben más que los adultos cuando se desbocan a jugar en la tierra con despreocupada alegría. En realidad no sólo están entrando en contacto con la epidermis de la biomatriz planetaria, están aumentando su capacidad mental. No estamos seguros, pero tal vez incluso existe un proceso místico ancestral, una resonancia gaia-mórfica, en el acto de llenarnos de tierra e ingerirla por la boca o por los poros.
Un estudio realizado por Dorothy Matthews, de Sage Colleges en el estado de Nueva York, en el que se le dio una crema de maní con una bacteria común a la tierra a ratones, demostró que éstos atravesaron laberintos el doble de rápido y además lo disfrutaron. En este estudio de recompensa por su labor se le dio a los ratones una pequeña dosis de Mycobacterium vaccae, los cuales no solo resolvieron su tarea con mayor efectividad en un principio sino a lo largo de 6 semanas en 16 pruebas de control subsecuentes y los efectos positivos de la bacteria duraron 4 semanas después de administrada.
Matthews sugiere que los resultados se deben a los efectos que tiene esta bacteria en el sistema inmunológico. Se cree que activan cúmulos de neuronas en la región dorsal del cerebro conocida como núcleo de Raphe. Estas neuronas conectan el cerebro frontal con otras estructuras cerebrales que regulan el estado de ánimo y el comportamiento. Matthews cree que la exposición a esta bacteria, que se encuentra en la tierra y es inofensiva, puede tener efectos en el cerebro humano también. “Solo muestra que evolucionamos con la tierra como cazadores-recolectores. Así que apaguen su televisor y vayan a trabajar en su jardín o a caminar en el bosque”.
Lunes, 12 de diciembre de 2011
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