El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, restó importancia este jueves al insulto de "hijo de puta" que le dedicó su par filipino, Rodrigo Duterte, que llevó a la anulación de una reunión oficial entre ambos mandatarios.

"No me tomo estos comentarios de manera personal. Es una forma que tiene de hablar (Duterte)", dijo Obama en conferencia de prensa tras concluir una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebrada en Vientián.

Tras la anulación de su encuentro oficial con el presidente filipino, el mandatario estadounidense charló el miércoles a la noche de manera breve con Duterte antes de la celebración de la cena de gala con motivo de la cumbre, aunque no precisó el contenido de la conversación.

Obama reafirmó el compromiso de su país con Filipinas en la lucha contra las drogas, pero señaló que el país asiático debe hacer las cosas en el "camino correcto", en alusión a la violenta campaña del Gobierno filipino contra el narcotráfico.

Filipinas inicio el pasado julio una polémica guerra contra la droga que causó más de 2.500 muertos, 1.507 de ellos en ejecuciones extrajudiciales, precisó la agencia EFE.

"Se debe ser consistente con las normas internacionales y el estado de derecho. Por el camino equivocado habrá gente inocente que resultará dañada", apremió Obama, reiterando las críticas a esa campaña, que causaron el enfado de Duterte.

Jueves, 8 de septiembre de 2016