El candidato presidencial de Unión por la Patria necesita mantener abierta la canilla de dólares del FMI para que el barco se mantenga a flote, y que el dólar no salte por los aires. Pero debe hacer campaña sin plata, bajar la inflación y al mismo tiempo evitar que la economía caiga en recesión.

El ministro de Economía Sergio Massa, logró su primer objetivo, quedarse con la candidatura única del sello oficialista y encolumnar a toda la tropa detrás de anhelo de ser presidente de la Nación. Al no haber competencia interna en ese espacio, la formalidad de las PASO del 13 de agosto lo trasformará en candidato y, de hecho, tiene este "changüí" de cincuenta días para tranquilizar a los mercados y poner en caja algunos desbordes económicos.

Entonces, llegará el momento de jugar "por los puntos" y explicar cómo hará para bajar la inflación, evitar la devaluación del peso, y dinamizar la economía, siendo que tras un año de ejercer como ministro de Economía, justamente ésos fueron los focos calientes de su gestión.

Difícil hacer campaña siendo ministro con una inflación de 114% anual, que varios analistas ya calculan en torno a 150% para fin de año. Pero más difícil es hacer campaña sin plata, ni recursos para inflar, al menos temporalmente, los bolsillos de los consumidores. Ésta es una estrategia habitual en los oficialismos, pero que choca contra el objetivo de reducir el déficit fiscal, un poco porque así lo pide el Fondo Monetario Internacional y mucho menos por convicción propia.

Mirada desde Washington
Hasta el momento el Fondo Monetario es uno de los ganadores de la designación de Massa como aspirante de Unión por la Patria. Ahora el ministro-candidato podrá prometer metas de las que después deberá dar cuenta, e incluso garantiza, en teoría, que el gasto público se mantenga en caja, dos variables clave en la negociación con el Fondo por un nuevo programa de Facilidades Extendidas.

DURAS NEGOCIACIONES CON EL FONDO PARA AVANZAR EN EL PROGRAMA DE FACILIDADES EXTENDIDAS.
La semana pasada vencieron US$2.700 millones con el organismo, pero el Ministerio de Economía ya avisó que el pago se haría este lunes 26, y de hecho, las propias normas del FMI permiten que el pago puede hacerse hasta el viernes 30, que es lo más probable.

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Para el FMI es fundamental que Massa sea quien, además de negociar la asistencia actual para pagarle al propio Fondo, sea quien en caso de ganar las elecciones deba continuar tirando de la soga que le extiende el FMI.

El mayor punto de desacuerdo es la exigencia de una mayor devaluación del tipo de cambo real, a lo que Massa se resiste para que no tire más nafta al fuego de la inflación. Pero el Fondo no quiere dar dólares para que sean cambiados a un tipo de cambio subvaluado para importadores. También demanda una reducción de subsidios -o suba de tarifas que es lo mismo- un proceso que Massa inició que debería profundizar para tener la venia del FMI.

Una de las ideas en danza para evitar la devaluación lisa y llana del tipo de cambio oficial es aplicar algún tipo de "costo adicional" a las importaciones, ante la escasez extrema de dólares en el Banco Central de la República Argentina, que hoy tiene unos US$2.000 millones en reservas negativas.

Un tema adicional es la renegociación de la deuda con el Club de París. Este lunes se firman los acuerdos individuales con España, Suecia y Francia, tras el acuerdo general alcanzado en octubre pasado con los 22 países en su conjunto. La deuda total alcanza los US$ 1972 millones, y el objetivo es definir el cronograma de pagos de acá a 2028 para saldar completamente la deuda. Pero queda acordar con Japón, tal vez el más duro de los acreedores.

Freno de mano
Pero encarecer las importaciones o apretar más el grifo del cepo equivale a ahogar la recuperación de la economía, algo que ya se está viendo desde fines de 2022. Ocho de cada diez dólares importados corresponde a insumos, bienes intermedios, partes y piezas necesarios para el aparato productivo. De ahí el impacto en la actividad económica, si se decide restringir más las importaciones.

LA ECONOMÍA MANTIENE CIERTO DINAMISMO EN SECTORES ESPECÍFICOS PERO DESDE EL ÚLTIMO TRIMESTRE DEL AÑO PASADO, EMPEZÓ A DESACELERARSE.
Analistas ya estiman un segundo trimestre con crecimiento cero, luego de un primero con algo de crecimiento, pero con caídas estimadas en la segunda mitad del año por lo que, dependiendo de la fuente la economía se contraerá este año entre 2% y 3%. Mala noticia para un ministro-candidato que pretenda gobernar desde el 10 de diciembre.

Con la candidatura de Sergio Massa, ahora todos los candidatos con chances reales de quedarse con el premio mayor y llegar a la presidencia son opciones pro mercado, lo cual en algún sentido, tranquiliza a los acreedores del país, a los funcionarios del FMI, y a gran parte del empresariado nacional. En cuanto a los inversores internacionales, por el momento Argentina fuera de su radar.

Sin embargo, preocupa, y mucho, la inflación y el mercado cambiario, con disparada en las cotizaciones de los dólares financieros y el blue, que se recalentaron en los últimos días, con niveles que coquetean con los $500 en el caso del informal.

En este escenario, esta semana será clave para seguir la evolución de los activos argentinos, que hasta antes de conocerse la candidatura de Sergio Massa venían en crecimiento ante la expectativa de un cambio de signo político en la Casa Rosada. Ahora, con Massa en la cancha, se abre una incógnita.

El desafío del ministro será enamorar a los argentinos, con un cambio de pantalla y renovadas expectativas, aunque el tigrense hoy tenga en su poder todas las palancas para hacerlo y no logre los resultados esperados, en materia de reducción de la inflación y de reversión de la escasez de dólares necesarios para que la economía navegue a velocidad crucero.

Lunes, 26 de junio de 2023