OBISPADO DE GOYA
Goyanos en el encuentro nacional de familia redentorista
Una veintena de goyanos de la ciudad y el campo participó en Córdoba del Encuentro Nacional de Familia Redentorista, evento que anualmente se concreta en el convento San Alfonso, en Villa Allende, Cordoba y a la cual acuden representantes laicos y religiosos de las comunidades de Salta, Tucumán, Goya, Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
“Levanta misionero!!! Y ve a anunciar la Buena Nueva….”, con esta canción, que llevo la comunidad de Mendoza y una integrante de la comunidad de pro-Mozambique, comenzó el Encuentro Nacional de Familia Redentorista, en Villa Allende 2020.
Este año, como Familia Redentorista, “tuvimos el hermoso desafío de dejar nuestras Galileas para adentrarnos en la profunda experiencia de Betania”, aseguro Belén Maza, de la parroquia Cristo Rey, de Guaymallén, Mendoza.
Cerca de 180 personas, juntos a niños y adolescentes, compartieron unos días preciosos en el Convento San Alfonso.
“Nos animamos a rezar, compartir y reflexionar sobre tres temas fundamentales en este camino que vamos haciendo desde la misión compartida: vida-misión-compartir” destaco la laica mendocina.
Fueron “días de gracia, donde afianzamos y redescubrimos la importancia de la ministerialidad laical, desde los vínculos que cultivamos, el modo vocacional de vincularnos con el carisma Redentorista, las tempestades que debemos superar para ir ´a la otra orilla´ y los dones (talentos, tiempo y recursos) necesarios para compartir, que nos abren camino en este tiempo que se nos invita a crecer juntos en la misión compartida".
“Durante esos días, distintos espacios permitieron intercambiar experiencias y reflexionar sobre la acción y reacción de las iglesias locales frente a distintas situaciones que se plantean desafiantes en el mundo actual, a fin de orientar con sabiduría en la pretensión de que nadie quede excluido de la mesa del pan compartido y eucarístico” relato también Javier Gauto, laico, comunicador social de la parroquia San Roque y San Jacinto de Goya.
Hizo referencia también respecto de los planteos que “esta época propone y que como iglesia debemos atender. Así, en tiempos de aridez, se vislumbraron modos de compartir la vida, con sencillez y en clave de misión”, en sintonía con la espiritualidad de la congregación del Santísimo Redentor.
En esta línea, la evangelización se podría asemejar a un hospedaje, o como dijo el Papa Francisco, a un “hospital de campaña” donde se recibe a todos “los maltrechos, excluidos y heridos del camino” aseguro en la crónica que se difundió en las redes sociales atraves de la pagina “Todo Goya”.
En uno de los días del encuentro se dio a conocer la experiencia que la congregación desarrolla en Mozambique (África), desde 2002 en Muvamba y luego en Xipamanine y Furancungo, fundamentalmente formando animadores laicos que puedan guiar pastoralmente a las comunidades.
Los enriquecedores espacios de diálogo y acción misionera concluyeron con la misa de envío, a cargo de Goya, motivó a decir “sí al llamado de Cristo y a cumplir nuestro rol de bautizados”.
Además, ante la inminente apertura de una casa redentorista en La Rioja, junto al Padre Adrián Roelly –en lenguaje guaranítico (Neike Chamigo) y parafraseando a Enrique Angelelli- se propuso la consigna de no bajar los brazos en la misión compartida.
Los participantes del encuentro realizaron un gesto misionero por los barrios de Villa Allende, donde “a través de la música nos acercamos a la gente y nos hermanamos en Jesús”.
“Compartiendo la vida con sencillez, misionamos en tiempo de aridez”. Una pequeña frase, pero tan significativa que nos acompañó y nos hizo reflexionar sobre nuestro caminar diario, y que a pesar de las asperezas de la vida cotidiana uno sigue eligiendo caminar junto a Jesús de la mano de María.
Como reza la canción: "Vamos a Betania a cuidar la vida casa del amigo para el corazón…" Que esa pequeña Betania que nos dio el encuentro se replique en cada comunidad y que nos impele a seguir trabajando como auténticos Redentoristas, alimentando nuestro espíritu en cada misión, afirmaron Vanina y Walter de la parroquia Perpetuo Socorro de Rosario.
Un día antes de finalizar el encuentro, “vivimos un día de silencio y serenidad; nos retiramos al desierto para sentir aún más la presencia de Dios familia que nos convoca y sostiene. En la despedida, nos llevamos el compromiso de volver a nuestros hogares y el anhelo de poner en práctica allí, todo lo vivido”, expreso Norma Juárez de Villa Allende, Córdoba.-
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Martes, 18 de febrero de 2020
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