FESTEJO EN SUELO GOYANO
A 100 años de su natalicio, Antonia celebró al ritmo del chamamé tradicional
Antonia Acosta nació el 17 de enero de 1920 en un paraje de Concepción, Arroyo Caabi. Allí comenzó a dar sus primeros pasos en compañía de sus seres queridos e inmersa en un paisaje con múltiples tonalidades de verde que coloreaban la vegetación. Transcurrieron los años y aquella pequeña se convirtió en una mujer que decidió formar una familia con Pantaleón Aguilar. Juntos se mudaron a otra zona rural de su pueblo natal, Paso Lucero. Fue en ese lugar donde vivieron varias décadas y se convirtieron en padres de nueve hijos.
Iniciaron así su prolífera descendencia que en la actualidad está formada por 14 nietos, 18 bisnietos y un tataranieto. En cada una de las etapas, Antonia disfrutó de la vida con alegría pero también tuvo que superar pérdidas, la de su esposo y también de uno de sus hijos. Sin embargo, las adversidades no la doblegaron sino que la hicieron más fuerte. Por eso, a un siglo de su nacimiento, Antonia celebra la vida en cada jornada en el hogar que hace 14 años comparte en Goya con su hija Ana María, su nieta Antonela Tosolini y su hermana Justina Acosta, de 97 años. Es cierto que el paisaje cambió un poco, los ruidos de la ciudad se oyen desde su patio pero aún puede disfrutar del verde de las plantas y del azul del cielo. “Se levanta a las 6 y se acuesta a la medianoche porque nosotros le pedimos que descanse, sino se acostaría más tarde. Y a la siesta, como mucho, duerme media hora”, contó Antonela, quien ayer era una de las descendientes que almorzaba con Antonia bajo la sombra de un árbol. Ese momento era sólo el anticipo del festejo que se realizó anoche para celebrar los 100 años de la abuela que nació en Concepción del Yaguareté Corá.
En la celebración, no faltó el chamamé tradicional que tanto le gusta. Pero además de la música, “le gusta el asado, las tortas y el mate con yerba bien fuerte”, acotó Antonela. Es que el transcurso del tiempo dejó marcas en su piel, pero aún puede leer sin anteojos y recordar a cada uno de sus seres queridos. Y sus pasos, aunque más lentos, no se detienen porque con la ayuda de un andador recorre los distintos espacios de la casa que se convirtió en su hogar. Un lugar donde anoche celebró su cumpleaños número 100, cobijada por sus seres queridos y con innumerables recuerdos de todo lo vivido.
Lunes, 20 de enero de 2020
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