SIGUE DETENIDO
Definen la situación judicial del padrastro castigador quien se abstuvo de declarar ante el juez
La Justicia espera tener esta semana todos los informes para resolver la situación procesal de Guido Gómez, detenido por maltratar a su hijastro, de 11 años. De acuerdo con la investigación judicial en Goya, el chico era obligado a vender churros y, en caso de regresar a la casa con parte del producto, recibía un castigo. Le pegaban con un trozo de manguera. En la espalda quedaron las lesiones por los azotes recibidos. El expediente se irá formando con informes médicos, de peritos, declaraciones testimoniales, fotografías y de una evaluación socioambiental entre otras diligencias ordenadas.
Se escondió Al tomar el caso estado judicial, Guido Gómez abandonó el domicilio y se ocultó. Se dio la orden de detención y la policía comenzó a buscarlo. A través de un abogado solicitó la eximición de prisión. No le dieron curso. La búsqueda arrojó el resultado esperado. Lo hallaron oculto en un departamento. Está detenido a disposición de la Justicia.
Ventas o azotes El chico de 11 años era obligado a salir a vender churros. La venta tenía que ser total. Si no, su padrastro lo castigaba con un pedazo de manguera. El martes 29 de octubre recibió otra paliza. Cansado de los tormentos, se fue de la casa. En las primeras horas de la mañana del miércoles 30, un remisero lo encontró deambulando por la calle y hablaron. El chico contó lo que había pasado. Junto a otro remisero lo llevaron a la redacción de TNGoya y el pibe hizo una narración de su situación. Al tomar estado público el caso, el fiscal de Instrucción, Correccional y de Menores Nº 1, Patricio Palisá, se ocupó de oficio y dio intervención al Juzgado de Menores. Se iniciaron las actuaciones. Tomaron contacto con el menor y se abrió un expediente. La Justicia solicitó a la policía la detención de Guido Gómez. La madre del chico también es investigada. Se quiere saber por qué no denunció los maltratos y si estaba amenazada por su concubino. Además, se trata de determinar si los otros menores de la casa también eran castigados. El chico de 11 años, a quien no le dejaban estudiar para que vendiera churros, volvió a la escuela.
Martes, 5 de noviembre de 2019
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