INTIMA
Yanina Latorre: "Mi hija me dijo 'por favor, no eches a papá' y le juré que no lo haría"
Yanina Latorre habló del mal momento que vivió junto a Diego, cómo se enteró de la noticia, cómo reaccionó, y por qué sigue durmiendo con el futbolista a pesar de la infidelidad.
A sus 48 años, Yanina Latorre está sobrellevando un difícil momento, luego de que se dieran a conocer los chats de su marido, Diego Latorre, con Natacha Jaitt. "Diego fue más boludo que hijo de puta y eso es lo más doloroso", aseguró.
"La noche de domingo 11 de junio, mientras hervía los fideos, recibí la noticia... ¡ya era oficialmente cornuda!", relató Yanina a revista Gente: "Tuve una sensación corporal espantosa. Miré a Diego. Le mostré la pantalla de mi teléfono. Discutimos durante diez minutos, lejos de los chicos. Me confesó todo. Serví la comida. Lavé los platos. Me fui a casa de Ángel de Brito y no volví hasta las cuatro de la mañana".
Así, Yanina admitió que lo que más le dolió fue la desprolijidad con la que Latorre trató el tema. "Me sacó su descuido, la torpeza de hacerlo con alguien que yo conozco. Diego fue más boludo que hijo de puta y eso es lo más doloroso. Ver, leer y escuchar es peor que el acto sexual. No me merecía esto: a mí se me puede contar todo".
En cuanto a los motivos por los que no rompió su matrimonio, la panelista indicó: "No estoy con Diego por la cama, sino porque es mi mejor amigo, mi hermano, compañero y gran padre. Nuestro proyecto es más fuerte que cualquier polvo".
"No soy tan tonta como para creer que me cuernearon porque yo me equivoqué. Lo que hizo se lo hizo a él mismo y sabe que lo pagará toda su vida. Fue algo irracional. Veníamos genial, con buena cama, salidas de noche... ¡la típica familia divina! Pero hace tres meses apareció una mina que le dijo cuatro cosas y él se creyó el rey de América".
Indicó que Diego "está triste y solo, alejado de sus amigos" y que ella es "la única que lo banca". "Él no da un paso sin mí. Cada mañana le doy las medias, le pido turno con los médicos y hasta le corto las uñas de los pies. Siempre fue así. Le lloré cada gol. Firmé cada contrato. Hice sus mudanzas. Perdí un dedo en un cáncer de huesos en México sin pedirle que abandonara la concentración y un embarazo de tres meses, desangrándome con mi mamá en un cuarto, antes de un Boca- River. A un futbolista no se lo molesta", confesó.
Además, habló de sus hijos, Lola y Dieguito, y cuál fue la reacción que tuvieron: "No voy a dejar que odien a su padre por una boludez. Mi hija se enojó y la frené: 'Aquí la única que reprocha soy yo'. Después de charlar, me miró llorando y me dijo 'Por favor, no eches a papá; porque nosotros somos una familia', y entonces le juré que no lo haría".
Jueves, 6 de julio de 2017
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