Se trata de Diego Aguirre, de 26 años, y su cómplice, Víctor Galarza, de 24. Ambos están seriamente involucrados y están acusados de homicidio en ocasión de robo. Miguel Lucio Aguirre, de 65 años, fue hallado muerto en su casa el pasado viernes a la mañana. Lo mataron a golpes con un martillo y un hierro.

Hay dos detenidos por el crimen del comerciante Miguel Lucio Aguirre (65) en la localidad de Itatí. Se trata de un sobrino identificado como Diego Aguirre, de 26 años, y su cómplice, Víctor Galarza, de 24. Ambos están seriamente involucrados y están acusados de homicidio en ocasión de robo.
El procedimiento fue realizado ayer por policías de la Dirección de Investigación Criminal y la Comisaría de Itatí. Tras una minuciosa pesquisa, allanaron el domicilio de Diego Aguirre y secuestraron un martillo y un tubo de hierro que habrían sido utilizados para golpear y matar a la víctima.
Cabe recordar que según la autopsia practicada al cuerpo, Aguirre falleció a causa de severos golpes en la cabeza que le produjeron fracturas en el cráneo. Además presentaba lesiones en sus manos que daban cuenta de que intentó defenderse del ataque.
El hecho ocurrió en una vivienda ubicada en la calle Fray Juan de Gamarra, entre Desiderio Sosa y San Luis del Palmar, a poca distancia de la Basílica de Itatí.
Aguirre era propietario de la ropería “MyM”, que está ubicada delante de su casa. Se encontraba solo en su casa, pues su esposa había viajado para buscar mercadería.
De acuerdo a la investigación, la víctima fue asesinada el viernes a la madrugada, pero recién fue descubierto alrededor de las 11 de la mañana cuando familiares decidieron ingresar a la vivienda preocupados porque no había abierto el negocio.
Llamaron al hospital local y una ambulancia, alertada por el aviso, llegó a dicha dirección. El comerciante estaba con vida pero en estado crítico.
Lo llevaron de urgencia al centro de salud, donde lamentablemente dejó de existir a poco de entrar.
Los médicos que lo revisaron advirtieron un fuerte golpe en la cabeza y lesiones en sus manos.
Esta situación fue notificada con celeridad al personal de la comisaría local, que abocó un cuerpo de investigadores que empezaron a sondear en torno al episodio.
En la casa hallaron todas las cosas revueltas, lo cual hizo suponer que el ataque fue en ocasión de robo. El mayor desorden se encontraba en el dormitorio.
Los ladrones se llevaron una suma de dinero que no pudo ser precisada y un arma de fuego.

Miércoles, 5 de noviembre de 2014