AL BORDE DE UNA TRAGEDIA EN LA CAPITAL CORRENTINA
Cuarenta lastimados por choque entre dos micros con religiosos
Los transportes iban en igual sentido sobre la avenida Independencia. Uno de ellos detuvo la marcha ante un semáforo en rojo, pero el de atrás no frenó. En la inercia impactaron a un automóvil. Hombres, mujeres y niños los afectados. Gran tarea de los rescatistas.
La colisión entre dos micros repletos de familias chaqueñas ligadas a una iglesia cristiana dejó ayer el saldo de al menos cuarenta personas, entre niños, adolescentes, hombres y mujeres, lastimadas de diversa consideración. Ocurrió en la banda central de la avenida Independencia de la capital correntina, donde uno de los vehículos no frenó e impactó de atrás a la otra unidad detenida delante de un semáforo en rojo. Ante la magnitud del siniestro vial varias dotaciones de bomberos voluntarios y de la Policía, como también de la Dirección de Emergencias Sanitarias, Salud Municipal e inclusive de la firma privada Medic, implementaron una gran tarea de rescate y traslado de los afectados hacia distintos establecimientos médicos. El incidente de tránsito sucedió a las 11:30, a la altura del 3300 de la avenida y su intersección con calle República Dominicana. Los ómnibus de doble piso pertenecientes a una empresa de traslados turísticos regresaban juntos (al igual que otras dos unidades más adelantadas) desde la localidad de Paso de la Patria hacia la ciudad de Resistencia, capital de Chaco, con un total de 110 pasajeros, 54 en un coche y 56 en el restante. El viaje de los integrantes de la denominada “Iglesia Cristiana Internacional” no había sufrido percances. Pero todo se volvió un caos cuando el micro conducido por José Luis Barbieri, de 55 años, no frenó e impactó al otro vehículo ya detenido detrás de un automóvil Fiat Uno de color blanco, delante del semáforo encendido con la luz roja. “No paró” “Pisé varias veces el freno pero no paró. No sé lo que pasó”, dijo Barbieri ante la Policía, dejando entrever que supuestamente el siniestro obedeció a una falla mecánica. El hombre evidenciaba heridas en una pierna y un severo golpe en el rostro, aunque desistió de ser llevado a un hospital. “Nosotros estábamos sentados lo más tranquilo, charlando y tomando mate. El colectivo en el que íbamos estaba parado. La verdad fue un golpe seco, que nos tiró a todos para atrás. No entendíamos nada. Somos de Resistencia”, dijo Raúl, uno de los pasajeros del colectivo chocado.
Como consecuencia del encontronazo unos 18 chicos de entre 5 y 12 años, además de poco más de 20 jóvenes y adultos resultaron golpeados. La mayoría evidenciaba lesiones leves. Luxaciones, traumatismos en el rostro y cortes pequeños fueron las secuelas principales.
“Yo paré por el semáforo. Estábamos atrás del auto y de la nada nos chocó, arrastrándonos como 10 metros”, expresó Jorge Sánchez, de 38 años, conductor de la unidad.
Los socorristas trabajaron a destajo en medio de escenas dramáticas, con niños llorando, mujeres tendidas en el parterre acusando crisis de nervios y otras personas tratando de llamar vía telefónica en forma desesperada a algún conocido o familiar.
Sirenas por doquier
En una decena de ambulancias que iban y volvían con un incesante ulular de sirenas llevaron a las víctimas a los hospitales Escuela y Pediátrico Juan Pablo II, algunos nada más a modo de prevención. “Por suerte no fue mucho peor. Esto pudo haber sido una tragedia”, esbozó una alta autoridad policial presente en el operativo.
Inspectores municipales desviaron la circulación vehicular durante algunas horas para permitir el trabajo de peritos y consecuente remoción de los vehículos afectados. Uno de los rodados era el Fiat Uno que “la ligó de rebote” y quedó bastante dañado. En él viajaban un chico de 7 años y su mamá, ambos ilesos.
Los religiosos volvían a sus casas luego de haber permanecido desde el viernes a la mañana en la villa turística, distante a unos 35 kilómetros de la capital correntina, donde participaron de un campamento.
A declarar
La comisaría Decimonovena interviene en la causa. Hacia allí fueron llevados los conductores a declarar, quienes previamente exhibieron algunas documentaciones cuando los efectivos solicitaron conocer si estaban “en regla”.
El choque dejó a la vista que debajo de la pintura de los dos ómnibus había metales corroídos y la patente trasera de uno de ellos era totalmente ilegible. De milagro no fue tragedia.
Lunes, 22 de julio de 2013
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