¿CUÁNTAS HORAS DORMÍS?
Prueban que la falta de sueño aumenta la grasa abdominal
Una investigación de la Clínica Mayo mostró que la falta de sueño se asocia a un incremento de la grasa visceral, la más dañina.
Es una ecuación no saludable: dormir menos de lo recomendado aumenta el consumo de calorías que termina traduciéndose en un incremento de la grasa en la zona del abdomen, que es la que se asocia con más riesgos para la salud.
Así lo muestra una investigación de la Clínica Mayo, de Estados Unidos, que fue financiada por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de ese país y cuyos resultados se publican en el Journal of the American College of Cardiology.
Un hábito nocivo en ascenso El disparador que llevó al equipo liderado por por Naima Covassin, investigadora de medicina cardiovascular en la Clínica Mayo, a indagar en profundidad en esta especie de círculo vicioso fue que, si bien se pone cada vez más el acento en las consecuencias de la deficiencia de sueño para el riesgo de obesidad, la evidencia experimental sobre el tema es limitada y no existen estudios sobre la distribución de la grasa corporal.
El problema es que la falta de sueño se convirtió en un mal cada vez más generalizado por las jornadas laborales extensas, el trabajo por turnos y la influencia del entretenimiento a través de las pantallas en horas que tradicionalmente se destinaban al descanso.
Como consecuencia de esos y otros factores, cada vez más gente duerme menos y peor y durante las horas de vigilia come más sin aumentar la actividad física.
La grasa que se acumula en el vientre es la más riesgosa. Foto Shutterstock. La grasa que se acumula en el vientre es la más riesgosa. Foto Shutterstock.
Un experimento controlado Para generar evidencia robusta sobre el tema, los investigadores de la Clínica Mayo diseñaron un estudio cruzado controlado aleatorio del que participaron 12 personas sanas de 19 a 39 años que no eran obesas, cada una de las cuales pasó por dos sesiones experimentales de 21 días. Las sesiones fueron realizadas en un entorno hospitalario, lo que favoreció el control estricto de todos los parámetros.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente al grupo de control (sueño normal, con la posibilidad de dormir hasta 9 horas) o al grupo de sueño restringido (dormir 4 horas). Los 4 primeros días de internación fueron de aclimatamiento, a los que le siguieron dos semanas de experimentación de sueño (normal o restricción) y una recuperación de tres días.
Tres meses después de esa primera sesión, los participantes de cada grupo pasaron al contrario y se repitió el experimento. Cada grupo tuvo acceso a la libre elección de alimentos durante todo el estudio.
Los investigadores monitorearon y midieron la ingesta de energía, el gasto calórico, el peso corporal, la composición corporal, la distribución de la grasa (incluida la grasa visceral o abdominal) y biomarcadores del apetito.
Hallazgos Una vez finalizadas las sesiones experimentales, los autores del trabajo analizaron los resultados obtenidos, que mostraron que la restricción de sueño condujo a un aumento del 9% en el área de grasa abdominal total y un aumento del 11% de la grasa en el área abdominal visceral, en comparación con los participantes del grupo de sueño normal .
La grasa visceral se deposita en lo profundo del abdomen alrededor de los órganos internos y está fuertemente relacionada con enfermedades cardíacas y metabólicas.
"Nuestros hallazgos muestran que el sueño más corto, incluso en sujetos jóvenes, sanos y relativamente delgados, se asocia con un aumento en la ingesta de calorías, un aumento muy pequeño de peso y un aumento significativo en la acumulación de grasa dentro del vientre", precisó Virend Somers, profesor de Medicina Cardiovascular e investigador principal del estudio.
"Normalmente, la grasa se suele depositar de forma subcutánea o debajo de la piel. Sin embargo, el sueño inadecuado parece redirigir la grasa al compartimento visceral más peligroso", explicó Somers.
Y destacó que, aunque durante el sueño de recuperación hubo una disminución en la ingesta de calorías y el peso, la grasa visceral siguió aumentando.
"Esto sugiere que el sueño inadecuado es un desencadenante previamente no reconocido de la acumulación de grasa visceral y que recuperar el sueño, al menos a corto plazo, no revierte la acumulación de grasa visceral contribuyente a las epidemias de obesidad, enfermedades cardiovasculares y metabólicas."
En personas que no puedan modificar su restricción de sueño, aconsejan reforzar hábitos saludables. Foto Shutterstock. En personas que no puedan modificar su restricción de sueño, aconsejan reforzar hábitos saludables. Foto Shutterstock.
300 calorías más El mes pasado, un trabajo publicado en la revista JAMA había mostrado que dormir lo suficiente ayuda reducir la ingesta de calórica.
La investigación realizada por los investigadores de la Clínica Mayo arrojó conclusiones que van en la misma línea. Los participantes consumieron más de 300 calorías adicionales por día durante la restricción del sueño, aproximadamente un 13% más de proteínas y un 17% más de grasas, en comparación con la etapa de aclimatamiento.
Ese aumento en el consumo fue más alto en los primeros días de privación del sueño y luego disminuyó a los niveles iniciales durante el período de recuperación. El gasto de energía se mantuvo prácticamente igual en todo momento.
"La acumulación de grasa visceral solo se detectó mediante tomografía computarizada y, de lo contrario, se habría pasado por alto, especialmente porque el aumento de peso fue bastante modesto, solo alrededor de medio kilo", indicó Covassin.
Por eso, la balanza podría no ser una herramienta confiable para evaluar las consecuencias nocivas de dormir poco.
"Las medidas de peso por sí solas serían falsamente tranquilizadoras en términos de las consecuencias para la salud de un sueño inadecuado. También son preocupantes los efectos potenciales de períodos repetidos de sueño deficiente en términos de aumentos progresivos y acumulativos de la grasa visceral durante varios años", planteó la investigadora.
Más ejercicio y alimentos saludables ¿Qué se puede hacer entonces para salir del círculo vicioso? Según Somers, se deben considerar intervenciones conductuales, como el aumento del ejercicio y la elección de alimentos saludables, para las personas que no pueden mejorar fácilmente sus hábitos de sueño, como los trabajadores por turnos.
Viernes, 1 de abril de 2022
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