OBISPADO DE GOYA
El Domingo de Pentecostés monseñor Canecin pidió tener “apertura, capacidad y docilidad el Espíritu Santo”
El Obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecin, presidió la misa de Pentecostés en la catedral “Nuestra Señora del Rosario”, concelebrada por el cura vicario Miguel Galeano. La celebración fue transmitida por LT6 AM, varias radios de frecuencia modulada y redes sociales, sin la participación de los fieles, con medidas preventivas sanitarias en tiempo de pandemia.
Comenzó su predicación remarcando que “esta fiesta de Pentecostés, es la culminación del tiempo pascual, donde hemos actualizado el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo”, remarcando que es el “misterio central de nuestra fe, cristiana y católica”.
“Ese misterio solo lo podemos comprender bajo la acción de Espíritu Santo, y podemos llevar a la práctica bajo la acción de sus dones” sostuvo el prelado.
“El espíritu Santo viene y nos ayuda a vivir nuestra condición humana, a ser plenamente humanos, con los pies en la tierra, la mente y el corazón en el cielo” dijo más adelante en su homilía.
Monseñor Adolfo Canecin aseguro que: “El espíritu santo es el Espíritu de Jesús, es el espíritu filial, que siempre lo tuvo y en plenitud en él, pero en orden a la misión vino cuando fue bautizado en el rio Jordán y se escuchó la voz del Padre ´este es mi Hijo amado él espíritu santo descendió en forma de paloma, por lo tanto, es el espíritu que nos permite vivir en clave filial”.
Alentó luego “¡qué lindo es descubrir que nuestra gran vocación cristiana, es ser hijos en el Hijo!”, por eso, “tenemos que poder crecer dando pasos en el proceso de cristificación e ir pareciéndonos cada vez más a Jesucristo, en nuestras maneras de pensar, hablar, escuchar, sentir y de actuar, es decir en nuestro estilo de vida, porque, todos los cristianos estamos llamados a reproducir a Jesucristo”.
“¡Qué lindo es recibir la ley del amor!” aseguro, porque descubrir que “el ser humano, varón o mujer, que es semejanza de Dios y fuimos creados para el amor, porque la gran vocación de cada ser humano, es amar a Dios como Padre, a todos como hermanos y, por amor, ser administradores y cuidadores de la Casa Común”.
“El ser humano fue creado por amor, esa, es la causa y origen del ser humano: el ser humano fue creado para el amor” subrayo más adelante.
Sostuvo el obispo que “lo único que hace feliz al ser humano es amar a la manera de Jesucristo, por eso, Él nos dice ´ámense como yo los he amado´ y Él nos amó hasta el extremo, ese es el modo al cual estamos llamados a amar, y por nuestra fuerza nunca hubiéramos podido, por eso, vino el Espíritu Santo, ayudándonos a entender, comprender y nos capacita para amar”.
“Frente a la acción del Espíritu Santo debemos tener tres actitudes: apertura, hacernos capacidad y docilidad” aconsejo, por eso, “debemos permitir que el Espíritu entre, dejarlo actuar como maestro interior. Permitir que nos guie e inspire nuestros pensamientos, nuestras palabras, sentimientos y nuestro estilo de vida”.
“Si el Espíritu Santo nos guía, poco a poco, nuestras vidas se parecerán a la de Jesús y, la Biblia dice que Jesús paso haciendo el bien” remarco el prelado goyano.
El Espíritu Santo en esta época “nos capacita a evangelizar de manera inédita, donde los desafíos son inéditos” expreso y en esa línea profundizo que “ese mismo Espíritu desciende hoy como un nuevo y perenne Pentecostés sobre el universo entero y sobre la Iglesia y nos vuelve a lanzar a la misión”.-
Martes, 2 de junio de 2020
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