FERNANDO ESPINOZA ASUMIO LA INTENDENCIA DE LA MATANZA
CFK quiere discutir la coparticipación federal
Cristina Kirchner contrastó ayer la riqueza de la Ciudad de Buenos Aires con la pobreza del conurbano bonaerense y planteó la necesidad de discutir “la asignación racional de recursos” en el país. La flamante vicepresidenta cerró el acto de asunción de Fernando Espinoza como intendente de La Matanza, donde se impuso por más de 40 puntos al candidato de Juntos por el Cambio.
“Mi agradecimiento infinito al pueblo de la Matanza”, dijo Cristina en atrio de la catedral Santos Justo y Pastor.
La actividad arrancó con la sesión especial del Concejo Deliberante para recibirle el juramento a Espinoza, que reemplaza a Verónica Magario, ahora vicegobernadora. Se izó la bandera con la canción Aurora y bombos de fondo, mientras los invitados atravesaban el corredor que dividía la plaza San Martín, desde el Municipio hasta la catedral. Después el joven tenor Martín Savi cantó “O sole mío”, en tanto el Himno nacional estuvo a cargo de Fabio Santana, veterano de guerra de Malvinas, y la banda municipal de música.
“Juro por Dios y la Patria sobre estos Santos Evangelios”, leyó Espinoza la fórmula que desde dos pantallas gigantes repetían sus juramentos en 2007 y 2011. Sus hijos le entregaron la banda y Magario invitó a CFK a entregarle el bastón a cuatro manos. “Un lujo que sólo en La Matanza puede ocurrir”, destacó el locutor. El obispo Eduardo Horacio García recordó que era el día de la Virgen de Guadalupe y destacó que es “la madre de la Patria Grande, todo un signo”. Luego citó al papa Francisco para reclamar “un gobierno de los pobres para los pobres”. Un video repasó obras de Magario y remarcó que el municipio pasó de asistir 15 comedores a fines de 2015 a más de 700 en 2019.
Espinoza agradeció el acompañamiento en “esta fiesta de la democracia” y contó la “sorpresa total” del mediodía, cuando le informaron que Cristina estaría presente. “No voy a olvidar nunca este gesto con mi pueblo, con la quinta provincia argentina, con la Capital del Peronismo”, dijo. “Esta fue, es y será tu casa”, la mimó antes de agradecer a los gobernadores presentes: Juan Manzur (Tucumán), Gildo Insfrán (Formosa) y Gustavo Bordet (Entre Ríos). Agradeció a los flamantes ministros, a diputados con quienes compartió los último dos años (fue electo en 2017 por Unidad Ciudadana), a los intendentes (nombró a ahora ministro Gabriel Katopodis en representación de todos), a los secretario generales de sindicatos presentes (“la columna vertebral de peronismo”, recordó), y en particular al camionero Hugo Moyano. Dejó para el final “ a la militancia peronista de La Matanza, que nos dio un triunfo histórico”, y recordó que ganó con el 65 por cientos de los votos, a más de 42 puntos de diferencia del candidato macrista.
Espinoza destacó que en sus dos mandatos anteriores tuvo la suerte de coincidir “con un gobierno nacional y popular” y destacó en contraste la gestión de Magario. “Los gobiernos nacional y provincial no acompañaron, le dejaron la peor deuda social, económica, en educación, salud e inseguridad”. Entre las más vergonzosas mencionó los hospitales Néstor Kirchner y René Favaloro, que “estaban casi terminados” en 2015 y “nunca se decidieron a abrir” los gestores macristas. Como herencia de Vidal destacó la pobreza pero también “el doble de inseguridad y el doble de drogas”. “No tuvo gestión, abandonó a La Matanza”, aseguró. Pidió “dar vuelta la página” y “terminar con los muros y las grietas”. “Tenemos que volver a ser la capital del trabajo y la producción, como lo logramos en la presidencia de Néstor Kirchner”, propuso. “Vamos por el segundo plan quinquenal para La Matanza”, arengó. Prometió abrir los dos hospitales, luchar contra la inseguridad y, uno de los anuncios más celebrados, “abrir finalmente la nueva sede de la Universidad Nacional de La Matanza en González Catán”. “Matanza no es grande, es grandiosa”, desatacó antes de agradecer otra vez a la militancia y gritar vivas a Perón, Evita, Néstor y Cristina.
La vicepresidenta contó que una mariposa la había acompañado hasta que se sentó en el atrio. Como “creo mucho en las señales” le vino a la mente “la leyenda de la mariposa, que dice que en cada una anida un guerrero”, continuó y, sin nombrarlo, sugirió que Kirchner “me estaba acompañando”. Luego retomó las palabras del obispo para destacar que “en la Argentina se sigue concentrando cada vez más la riqueza en la capital”, en contraste con “la pobreza estructural” en el conurbano, y repasó números: mientras en La Matanza, con 2,4 millones de personas y 325 kilómetros cuadrados, tuvo el último año un presupuesto de 10 mil millones de pesos, la CABA (202 km, la misma cantidad de habitantes) tuvo 350 mil millones, apuntó, y la plaza se transformó en un gran silbido. “Para colmo no falta pavimento, ni agua potable, ni luz o gas… hasta los helechos tiene luz y gas”, bromeó, y marcó el contraste que perciben los bonaerenses que van a trabajar a la capital “cuando vuelven a la realidad del barrio”, donde además los intendentes “deben hacerse cargo de los comedores”. “Tenemos que discutir estas cosas, no pasa por si un municipio es peronista o no” sino “por la asignación racional de recursos”, planteó, y mencionó un dato clave: “En 2016 le dieron el 2,4 por ciento de coparticipación a la ciudad más rica de la Argentina, república a la que ha vuelto el hambre”.
Viernes, 13 de diciembre de 2019
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