CELEBRÓ EN PLAZA LIBERTAD
Santa Lucía conmemoró sus 403 años de historia en la Plaza Libertad
La ciudad de Santa Lucía de los Astos, una de las localidades más antiguas de la provincia, celebró en la Plaza Libertad su cumpleaños número 403 con un sencillo pero emotivo acto. Con la presencia de autoridades, banderas de ceremonia, alumnos, docente y público en general, el acto se desarrolló con palabras alusivas a la fecha, reseñas históricas, poesías, canciones y sentidas palabras.
El intendente Arq José Sananez se refirió a esta importante fecha, resaltó la gran historia que tiene la ciudad desde sus comienzos, los grandes hombres y mujeres que por aquí pasaron y el sentido de pertenecía.
E instó a todos los actores de la sociedad a comprometerse no sólo con el pasado, sino también con el presente y el futuro del pueblo, trabajando cada uno desde el lugar que le toque dando todo de sí.
En tanto que también criticó a legisladores locales y provinciales oriundos de la cuidad que no asistieron al acto, además de rechazar a quienes fomentan las divisiones y el odio en la comunidad.
El acto concluyó con la música de Mbaracaya, quienes hicieron emocionar a los presentes con una nueva canción dedicada a Santa Lucía.
HISTORIA
Santa Lucía de los Astos, fue fundado por disposición de don Hernando Arias de Saavedra, conocido como Hernandarias, en la desembocadura del río Mepemé, hoy Río Santa Lucía; en 1615. En ese lugar es conocido como Taba – cué (pueblo viejo en guaraní) y estaba en las proximidades y estaba en las proximidades del actual paraje Rincón de Soto, pero sus costas se desbarrancaron y ya no queda nada. Sus primeros pobladores eran todos indígenas, que formaron, bajo la dirección de los padres Franciscanos, una reducción donde fueron adoctrinados en la Fe Cristiana. Tenían una humilde capillita de adobe donde veneraban una hermosa imagen de la Virgen y Mártir Santa Lucía, que había sido traía por la familia de los Astos.
Como los otros indios de la otra orilla del Paraná llamado Chaco Santafesino, incendiaron y robaron la reducción en dos o tres oportunidades, los padres franciscanos resolvieron trasladar a la población, a un lugar más seguro, a una legua de distancia, sobre la margen derecha del Río Santa Lucía y lejos de la costa del Paraná. Eso fue en 1716. Aquí volvieron a levantar una humilde iglesia, para venerar en ella a su querida patrona. Alrededor del año 1770, el Padre Doctrinero, Fray Juan José Pereyra, levanto una capilla de adobe, pero un temporal la destruyó. Fue entonces cuando decidió levantar una capilla más grande y fuerte de ladrillo. Enseño a los indios a fabricarlos y descubrió a una; legua de distancia del asentamiento, una cantera de cal. Contrató a un maestro europeo que diseño la construcción de estilo colonial; y se empeñó con alma y vida a llevar adelante la obra. Tardó casi 20 años en construirla y al final trajo de las misiones del Yaguarón, actual república del Paraguay, a dos artesanos especializados en la fabricación de retablos, Don Gaspar Bogarin, y su hermano Nicolás, para que fabricaran el que actualmente se admira con los nichos de la Santa Patrona y de otros santos. A la muerte del Padre Pereyra, acaecida del 18 de Julio de 1790, estaba concluido el cuerpo principal de la iglesia y su sacristía, y comenzadas las obras de carpinterías y habitaciones parroquiales.
IGLESIA:
El templo fue declarado Monumento Histórico Nacional; el 4 de febrero de 1942. Su construcción data del año 1770 iniciada por Fray Jerónimo Juan José de Pereyra, concluyéndose hacia 1784.
Se destaca su amplia nave con una artística bóveda, con su campanario a la derecha y sacristía. Sus paredes miden 1 metro de ancho. La edificación es amplia y cómoda y ha resistido los embates del tiempo, debido a la solidez de su construcción.
La ornamentación interior cuenta con reliquias, obras del tallista Bogarín, se destacan el retablo, el pulpito, comulgatorio, baranda del coro. Admirables también son el decorado del altar.
Jueves, 29 de noviembre de 2018
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