LIGA DE ESPAÑA
Messi fue figura y se descargó contra los hinchas por una agresión
En Mestalla, Barcelona le ganó 3-2 a Valencia, con dos tantos del argentino, el segundo de penal y sobre la hora. En el festejo, cayó una botella desde la tribuna que le pegó a Neymar y Leo estalló.
Tuvo todo lo que tienen los partidos atrayentes. Goles y resultados cambiantes, pero también faltas, fallos arbitrales y lesiones. Y otra vez a Lionel Messi como protagonista principal del Barcelona, con un gol agónico, de penal, que selló el 3-2 ante Valencia en el Mestalla. El argentino, además, había sido autor de la apertura del marcador, que llegó con polémica por el offside de Luis Suárez, quien intervino en la jugada al obstaculizar la visión del arquero. La mala noticia de la tarde, en cambio, fue la lesión de Andrés Iniesta.
Pero ahí no queda todo. Porque el gol del final mostró otra faceta Messi. El festejo del Barsa, que así ascendía a la punta con una unidad más que Real Madrid y Atlético de Madrid que juegan este domingo (al igual que Sevilla), no pudo ser completo. Cuando los jugadores celebraban el 3-2 de frente a la hinchada local, una botella de plástico impactó en Neymar y generó la reacción inmediata de Messi, que estalló con insultos ante la gente por la agresión.
Los insultos fueron elocuentes y con el pitazo final, la bronca se trasladó a la cancha, donde Enzo Pérez fue a cruzar a Neymar. Afortunadamente, los equipos se fueron a los vestuarios rapidamente y la situación no empeoró.
Así se terminaba otra función en la que el 10 fue figura, con sus goles y ahora también con sus actitudes.
En un gran primer tiempo, el equipo catalán logró hacerle frente a un juego luchado y áspero, que le costó una víctima ya que Andrés Iniesta se retiró lesionado a los 15 minutos. Apenas 10 minutos estuvo en cancha el capitán del Barsa hasta que disputó una pelota con Enzo Pérez. La pierna derecha del español quedó atrapada entre las del argentino y su rodilla fue la que más sufrió. El Cerebro se quedó tirado en el piso y su gesto de dolor fue desesperante. Entonces, Luis Enrique dispuso el ingreso de Rakitic, no sin antes protestarle al árbitro porque en esa jugada Enzo Pérez no recibió ni amarilla.
Pero Barsa supo reponerse de eso. A los 22, Messi se metió dentro del área, recibió de Rakitic y sacó un zurdazo que trazó la misma línea que ocupaba Luis Suárez, quien se encontraba en posición adelantada. Aunque el uruguayo saltó y no tocó la pelota, interfirió en la visión del arquero Diego Alves, que no pudo detener el tiro del argentino. Pese a los reclamos, Undiano Mallenco no cambió su fallo, convalidó el gol y amonestó al arquero. El árbitro pudo haberse apoyado en uno de los casi cien cambios en el reglamento que introdujo la FIFA en junio y que habla de un "juego activo" de aquel que está en offside.
"Un jugador SI está en fuera de juego si se encuentra más cerca de la línea de meta contraria que el balón y el penúltimo adversario. Y en el momento en que el balón toca o es jugado por uno de sus compañeros, se encuentra, a juicio del árbitro, implicado en el juego activo". La bronca del Mestalla con el árbitro se agigantó después, cuando a los 31 minutos todo el estadio pidió penal. Fue cuando Umtiti tocó ligeramente con su brazo a Rodrigo dentro del área, lo que provocó la caída del delantero. Mallenco dijo que el hombre con el dorsal 19 se había tirado y dejó seguir el juego. A los 41, otra vez la tribuna estalló contra él porque Busquets -que ya estaba amonestado por agarrar de la camiseta a un rival- no vio la roja por la misma acción.
Barcelona trató de no meterse en ese juego que proponía Valencia con su público y siguió en la búsqueda del gol. Y allí fue Diego Alves el que salvó al local de una nueva caída. A los 36, cuando voló para evitar el gol de Luis Suárez y a los 39, cuando el uruguayo recibió de Neymar y remató en el área chica, obligando a una nueva respuesta del arquero. Con el tiempo cumplido, el brasileño intentó una chilena que se fue desviada.
El arranque del segundo tiempo fue frenético. Rakitic estrelló un tiro en el palo y la respuesta de Valencia fue letal. Munir cumplió con la ley del ex y lo igualó a los 7 minutos. Cuatro después, como si fuera poco, apareció Rodrigo con un golazo de volea para darlo vuelta.
Messi parecía sorprendido y no lograba gravitar. Entonces, el que apareció fue Luis Suárez. El ganador de la Bota de Oro el pasado jueves sacó un zurdazo después de un cabezazo de Rakitic que se convirtió en el necesario 2-2, para que Barsa vuelva a la pelea y siga ilusionado con llegar a la punta.
Pero después de esos 16 minutos de acción ininterrumpida, el partido entró en una meseta, en la que Messi se ligó una amarilla por protestar (28 minutos). El que primero reaccionó fue Valencia, con un activo Nani, que a ocho minutos del final se perdió lo que era el 3-2, al rematar afuera cuando había quedado solo ante Ter Stegen.
Barcelona parecía resignarse al empate pero fue entonces cuando encontró un fallo salvador. Quizás en la única sanción 100% acertada de Mallenco, el árbitro sancionó con un penal la falta de Abdennour sobre Suárez y fue esta vez Messi -quien no le dio el tiro a Neymar como había ocurrido esta semana ante Manchester City- el que se hizo cargo de la pena máxima ya en tiempo de descuento. El rosarino eligió un tiro a su izquierda, rasante y junto al palo, que Alves adivinó pero aún así no pudo detener.
Ahora será tiempo del festejo mesurado del club catalán, que se fue del Mestalla con tres puntos (para llegar a 19 en la Liga) pero con la lesión de Andrés Iniesta, que en principio estará varias semanas fuera de las canchas.
Domingo, 23 de octubre de 2016
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