La increíble historia de Ramona Pereyra, una chica de Esquina, que fue mucama del Gral Perón, que vivió una experiencia tremenda en los bombardeos de 1955 en Plaza de Mayo. (RELATO EN LA NOTA).

“Mi nombre completo es Ramona Ignacia Pereyra, soy mas conocida como Porota, nací en Esquina, estuve hasta los 12 años después fui a Buenos Aires para ganar un peso mas porque nosotros trabajamos de chicos porque eramos pobres, cuando no trabajaba mama trabajábamos nosotros, cuando mama tenia familia teniamos que trabajar nosotros para ayudar”.
“Fui a Buenos Aires cuando tenia 12 años casi 13, cuando cumpli 13 hacia cinco meses que estaba en Buenos Aires, fui en barco, tenia miedo, no me queria ir, me mandaron obligada, la tia de mi mama mandaba gente a trabajar de chicos, era como una agencia, era en el año 52′ o 53′, estuve dos años y medio en esa casa donde me mando mi tia a trabajar”.
“Trabajaba en casa de Politicos, en la Casa de Gobierno, antes no se le decia Casa Rosada, pero yo no sabia nada, me daban que cuide cuatro perros, tenia que limpiarles la boca cuando comian y lavarte los dientes, tenia que sacudir los almohadones de razzo cuando se subian y cuando los bañaba tenia que limpiarles con el secador, ese solamente era mi trabajo, esto era en la epoca de Peron, Peron estaba en pleno gobierno, la casa era muy grande, habia mucha gente, eramos muchos empleados, cada uno tenia su area, a mi no me dejaban salir porque yo era menor no tenia quien me saque, solo dos domingos salia con una señora cocinera que decia que era santiagueña, teniamos misa, ibamos a la Iglesia, ella tampoco tenia con quien salir, saliamos a Misa en la Plaza Flores en la Iglesia San Jose”.
“Extrañaba mucho a mi mama, a fin de mes mandaba cartas diciendo que estaba todo bien, cuando cobraba el mes con la mitad de mi sueldo me compraban ropa y la otra mitad le daban a mi tia que le mande a mi mama, tenia 14 años, me compraban delantales blancos, zapatillas en ese tiempo eran marca Flechas y Pampero, cuando hacia frio nos daban unas capas azules con color rojo en la parte de adentro, y busos grises, todos estabamos asi en la casa”.
“A Peron lo vi unas cuantas veces, les gustaba el tango pero no bailaban, el Señor Armando era mi patron, trabajaba en la casa de Gobierno pero no se que hacia, pero la casa era inmensa”.
“Un dia se sentian ruidos, explosiones, bombas de alquitran, era como aceite negra, despues de ahi nos avisaron que teniamos que salir, me pone muy triste y me trae muy malos recuerdos porque despues de eso perdi contacto con mi mama, cuando lo echan a Peron era en el año 55′, nos juntaron a todos, entre varones y mujeres eramos como 80 personas, nos dijeron que no teniamos que hablar ni que decir donde estabamos porque eramos boleta”.
“Se escuchaban sirenas por todos lados, y habia gente que corria, sentiamos un ruido como un granaje, un ruido seco como que se desgranaba, saque lo mas valioso e importante que tenia cuando sali, mi partida de nacimiento, es lo unico que pude sacar de ahi, nos bajaron por un tunel y adentro se veia todo iluminado, era un camion ahi, nos taparon con un toldo verde y una bandera celeste y blanca, nos dijeron que no digamos nada, despues nos bajaron de ese y nos cargaron en otro camion, se que era atras de la casa de Gobierno por lo que escuche que decia un hombre, nos atajaron los soldados, empezamos a correr, eramos una bandada, vi muchas cosas feas, muchas personas heridas, nos quedamos achicharrados, no sabiamos para donde disparar, despues vino un grupo de soldados y nos corrio, perdi a todos los que trabajaban conmigo y me junte con otras señoras que no eran de nuestro grupo, me sangraba la planta de los pues porque eso que caia era como espinas, como pedazos de latas, una señora me llevo a La Boca,donde habia un bote repleto en el riachuelo, atras de ella salte yo en el bote, ahi cerca estaba la cañonera Paraguaya, dicen que el General tambien estaba ahi”.
“Cuando baje del bote habia como unas casitas con unos banquitos y me sente ahi, el ultimo señor que bajo del bote era Tito Fleitas, me mira y se va corriendo con el bolso y despues se vuelve, me dijo que no tenga miedo me agarro de la mano y me llevo a la Villa 51 donde vivia el, yo no sabia donde ir porque no conocia a nadie, no queria hablar, no le conteste nada”.
“Me quede escondida en esa casa durante 20 dias, llovia y empezaba a gotear la casa, no podiamos ir para ningun lado, teniamos un hambre terrible, me bañe y me envolvi con una sabana hasta que se seco mi ropa, cuando empezaron a andar bien las radios escucharon un chamame y pego un grito el hombre, me dijeron que eran de Esquina que vivian cerca de la casa de Irenea Pereyra, y les dije que era de aca, no sabia si reirme o llorar, fue como una explosion en mi pecho, les dije que ella era mi abuela, la señora se llamaba Elsa Sanchez”.
“Me quede en la casa de la señora, despues empece a trabajar, la señora era la tia de Mario, el era delgado, flaquito, ya tenia bigotes y muchos rulos, era pinton, cuando tenia 19 años tuve mi primer hija, tengo siete hijas y seis varones, 13 hijos en total, no quise venir enseguida a Esquina, nosotros estabamos juntados pero no casados, el trabajaba en el puerto, nos casamos 11 años despues, ya tenia como 7 criaturas, eramos pobres pero nunca nos falto nada, pude criar a mis hijos, los mandaba a la escuela todo como tenian que ir”.
“Mi hijo Ceferino fue al Servicio Militar, a los seis meses vino de licencia por quince dias, yo lo veia extraño, nervioso, siempre asustado, tenia mucha sed, vivia tomando agua, ya habia estado consumiendo drogas, le preguntaba que pasaba y me decia que nada, despues, cuando se fue, un vecino me dijo que mi hijo le conto que en el Ejercito le daban pastillas para tranquilizarlos y que no tengan hambre, cuando vino del Servicio Militar tenia novia y estaba re enviciado, no habia caso, despues se junto con la chica, tienen dos hijos de 18 y 15 años, empezo a trabajar bien pero cuando llegaba la quincena se perdia, trabajaba en una fabrica de caucho, ganaba muy bien pero cuando iba a cobrar volvia sin un peso, ellos vivian en el patio de mi casa, le dabamos para el boleto y el compraba porquerias, despues empezo a traer mala junta, a la noche me reventaban la casa con botellas de vidrio porque les negaba donde estaba, lo llevamos por todos lados, ni la comisaria los aguantaba, yo lo encerraba en la pieza con llave, una vez se quiso ahorcar con la misma sabana, entonces tuve que sacarlo, fue corriendo a la casa de la mujer, y quiso hacer lo mismo, anduvimos por todos lados el no queria saber nada, a lo ultimo no podiamos hacer nada, le cerraba el porton para que no entre a hacer lio en mi casa adentro, y el me robaba todo lo que encontraba”.
“Le lloraba a Dios y a todos los santos, a lo ultimo vinimos porque los querian matar a mis hijos porque corria a la mala junta, la Policia no hacia nada porque no los aguantaba, vine a Esquina en el 90′”.
“Si no me hubieran mandado a trabajar nunca hubiese salido de Esquina, siempre añore Esquina, me acostumbre a Buenos Aires, ese viaje me cambio la vida, me quede alla y tuve muchos hijos, cuando mi mama se entero que yo estaba viva me mandaba cartas con Beto Dominguez, mi mama escribio diciendo que queria conocer los nietos, ella viajo en barco,fue una alegria muy grande, me emocione mucho, mi vieja tiene 87 años, ella quedo alla y yo vine para aca, no tenia lujos pero tenia mi casa, no fui mas ni menos que nadie, todos mis hijos estan en Lomas de Zamora, uno en Temperley, tengo mas de 30 nietos y 18 bisnietos”.

Martes, 13 de enero de 2015