POR JOSÉ AGUSTÍN GÓMEZ
Panseri: “No me arrepiento de haber estado afiliado al radicalismo”
La justicia Correntina mas politizada que nunca. “El Juez debe buscar una suerte de independencia del factor político, pero también del factor gremial, empresario, comercial, financiero y educativo. Esos también son factores de presión incluyendo los medios periodísticos”.
El juez elegido por el Gobernador para ocupar una vacante el Superior Tribunal de Justicia asegura que entiende a los políticos pero no los comprende. Minimiza la necesidad de cambios urgentes en la Justicia. Asegura que nadie puede endilgarle daño alguno. Habla de su buena relación con Colombi.
José Agustín Gómez agomez@ellitoral.com.ar
Nicolás Alonso Fotografías EL NUEVO INTEGRANTE DE LA CORTE CORRENTINA REPASA SU TRAYECTORIA El juez Eduardo Panseri jurará mañana como nuevo ministro del Superior Tribunal de Justicia. Con 61 años y una amplia trayectoria en el Poder Judicial alerta que los jueces no sólo deben lograr ser independientes del poder político sino también de las presiones gremiales y periodísticas. Destaca su buena relación con el gobernador Ricardo Colombi, a quién comparó con Fernando Piragine Niveyro. No lamenta sus años de militancia en la Unión Cívica Radical y asegura que “no perjudicó a nadie”. Cerró la semana antes de jurar como ministro con maratónicas audiencias judiciales. Destaca la figura de su esposa, la senadora radical Alejandra Seward, como coautora de todos sus logros. Este lunes iniciará su vigésimo tercer trabajo. Nació en Capital Federal el 12 de octubre de 1953, llegó junto a su padre para no marcharse jamás... Así se inicia la entrevista con el nuevo “superior”, mientras se despedía del Tribunal Oral Penal Nº 2, estrado al que accedió en 2002.
¿Cómo vivió esta semana, previa a la jura? Este mes de octubre fue el más largo de mi vida. Entre la ansiedad y la necesidad de hacer mi trabajo, contestar las impugnaciones, preparar las sentencias, me pasé la mayor parte de la semana acá. Llegaba a casa, dormía algo y estaba de vuelta. Desde que el Gobernador me avisa sobre la designación, creo que fui el primero en saberlo, los días fueron muy largos.
En cuanto a su designación, ¿le molestó la abstención del peronismo? Ese es otro tema, a mi me encanta la política, la he enseñado. La vengo enseñando desde el '81. Pero en el día a día, no es mi meta. Me siento más cómodo en el cargo ejecutivo o de juez. Por eso también es importante el perfil de cada uno. Por lo tanto, el tema de la política, yo la entiendo pero a veces no la comprendo. Lo que quiero decir es que la posición de las abstenciones no me sorprende. Porque es la política diaria, a la cual yo entiendo, pero no adscribo. Y si miramos lo que pasa en el orden nacional, con diferencias de matices, es lo mismo. Ninguna de las abstenciones ha demostrado que mi pliego era una porquería. Fue una abstención política partidaria, no en contra de la persona o del conocimiento. Una decisión de conveniencia política para algún sector. Ellos entendieron que representaban esa opinión política de esa manera, bienvenido sea, es legal y correcto, por lo tanto hay que aceptarlo. Tengo entendido que el senador Dos Santos no fue porque estaba internado, mi señora se abstuvo por una cuestión de ética, que para la tranquilidad de algunos, siempre lo iba a hacer. Y la doctora (María Inés) Fagetti la conozco desde hace más de tiempo que a mi esposa. Me parece raro que se inhiba por amistad estrecha y no por la ideología que profesa. Con el senador (Rubén) Pruyas no tenemos ningún tipo de problemas, con (Rubén) Bassi mucho menos; al senador (Roberto) Miño no lo conozco en forma directa y tampoco creo que tenga un mal concepto de mí, así como yo de él. Así podemos seguir hablando de la senadora Martínez Llano y los demás.
Pero el peronismo lo acusó de ser un militante radical… Eso se llama política partidaria, algo legítimo; al igual que la oposición a nivel nacional dice que el cargo que ostenta (Eugenio) Zaffaroni, debe designarlo el gobierno entrante. Yo leo la Constitución y no lo dice, por lo tanto, son expresiones políticas. No puedo negar que alguna vez estuve afiliado al partido radical. Ahora, muy pocos radicales pueden decir (o creo que nadie) que yo le haya estafado, que le haya sustraído algo, o que haya llegado a un cargo pisando cabezas. Y en los otros partidos, menos. Así que me toco ser afiliado a un partido, pero mi actividad no perjudicó a ninguno. Entonces tengo la posibilidad de decir que si antes no he trabajado en contra, robando alguna urna o haciendo otra cosa que responsa a la politiquería barata y corrupta que alguna vez se manejó en nuestro país, nadie honestamente puede pensar que me pueda manejar con esos parámetros. Si antes no lo hice, por qué lo voy a hacer ahora.
¿Se arrepiente de haber estado afiliado a la UCR? No, porque fue una etapa de una vida acompañándola a mi señora. Tengo algunos buenos amigos que conocimos cuando recién eran militantes, a los 18 años. Esos mismos militantes que desarrollan su personalidad dentro y fuera del partido, algunos están llegando incluso a lugares muy importantes y por lo tanto, me reconforta.
¿Cuántos años tenía cuando se afilió al partido? Fue en el '73 (20 años); teníamos una actividad muy efímera y después en el '83 hubo una reafiliación. Presenté mi renuncia en el 2002, en una asamblea de la convención en la ciudad de Mercedes.
¿No se arrepiente? Para nada, al contrario, la pasamos muy bien, disfrutamos muy buenos momentos de alegría. Por ejemplo, teníamos 156 votos, sacábamos 300 y ya tirábamos cohetes. Es decir, cada elección era un nuevo reto. Y a su vez, siempre estuve en la etapa de enseñar cómo hay que fiscalizar o lo que tiene que ver con el cumplimiento de la Ley Electoral; en el recuento de votos, siempre traté de desarrollar mi actividad en esa parte.
El ex juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni sostiene que cada sentencia es un acto político y encierra una determinada ideología, ¿coincide? Sí, por supuesto, es un acto político primero, porque la decisión que se toma, siempre va a afectar a alguna de las partes. Y es un acto de gobierno, no de las partes que se presentaron, sino un acto de gobierno, del Estado provincial nacional, provincial o municipal. Como segunda medida, encierra una ideología. Yo trasmito muchas veces en mi sentencia, un pensamiento ideológico y no me refiero sólo a algo partidario, sino a cómo yo veo la vida o el desarrollo de esta sociedad. Entonces, no sólo transmitimos una ideología política. A veces, transmitimos una ideología social, económica, cultural. Usos y costumbres de la sociedad. Así que lo de Zaffaroni cuando habla de ideología en término general, es así.
¿Cómo definiría su ideología? Quiero aprender de mis errores, quiero tomar los buenos ejemplos, vivir en libertad. Tener una ideología del respeto, de premios y castigos. Es decir si uno se portó medianamente bien, que se lo considere, pero no como un estúpido, sino como algo que se debe valorizar y por eso los ídolos que tengo son muy pocos.
¿Con qué se encontrará en el STJ? (Risas) Con el doctor (Guillermo) Semhan, (Alejandro) Chain, (Fernando) Niz y el doctor (Cesar) Sotelo. No. Yo no entro con pruritos, a muchos de ellos los conozco desde hace años, ya sea como compañero, empleado o juez y por lo tanto muchos de ellos ya saben cómo pienso. Tenemos un buen diálogo así que no creo que me encuentre con una gran ciénaga, al contrario. Parto de la base de que cada uno tiene su impronta, las decisiones que tomaron es de acuerdo a un momento y hay que valorarla. Lo que propongo es revisar permanentemente los métodos laborales, los procedimientos, la gestión para un mejoramiento y estar más actualizado con lo que nos pide la ciudadanía. Si podemos bajar los tiempos, bienvenido, beneficiará al ciudadano. Si podemos achicar los escritos para leerlos mejor, bienvenido. Es decir, siempre podemos proponer soluciones sin destruir y sin menospreciar lo anterior.
¿A qué edad cree que debe jubilarse un funcionario judicial? La Constitución fija que a 75 años y hay que respetarla. Debemos hacerlo todos, también un ex presidente cuando quiso ser candidato a diputado por una provincia en la que no tenía domicilio. Hay que respetar. La jubilación es una decisión que se debe considerar cuando las fuerzas están bastante menguadas y más en los procesos de primera línea. El presidente del Superior Tribunal está todos los días a los tiros. Es decir, está comprometiéndose a dar respuestas a problemas casi en forma instantánea, esos significa predisposición, agilidad, que a veces la edad avanzada no lo permite. Creo qie los 75 años son razonables. La persona se tiene que dar cuenta que su actividad está produciendo un recargo al cuerpo. El exceso en la cantidad de enfermedades es un indicador, si un debate se posterga por su culpa, porque se duerme o se cansa, tendría que darse cuenta que llegó el momento de retirarse, jubilarse y quedar como un verdadero héroe
¿Qué opinión le merece la renuncia de Carlos Rubín? Por desgracia el doctor (Carlos) Rubín se tuvo que alejar por consecuencia del dictado de un fallo que aparentemente, el proyecto o la firma, tuvo inconvenientes no sé si éticos, morales o disciplinarios, no sé. Lo que vi es que tuvo inconvenientes y recuerdo que en su renuncia dijo que algunas personas le fallaron o no lo apoyaron. Debe ser un trago muy amargo para cualquier persona, pero sólo el doctor Rubín lo sabrá. Lo que ví es que en una semana un organismo que parecía medianamente sólido, se colapsó.
¿Considera que hay algo urgente que cambiar en la Justicia? A veces cuento, como metáfora, que cuando era juez de instrucción y venía gente con urgencias y a los gritos, les respondía que no hay nada urgente sino la muerte y como ya se produjo tampoco es urgente. A veces el acto reflexivo nos permite tener una mejor imagen de algo que aparece como abrumador. El juez de Monte Caceros tiene una realidad distinta a la de Bella Vista y a Capital (a veces nos quejamos de la Capital Federal pero las capitales provinciales tienen la misma característica), son características muy importantes y diferentes. Si a esto le agregamos que los funcionarios tienen su impronta personal y particular vemos que el Poder Judicial no es un cuerpo disciplinado en el todos dicen “a” y repetimos “a”. Además el juez siempre debe tener su propio criterio basado en la República, sobre los principios democráticos, sobre la dependencia absoluta a la Constitución y buscar una suerte de independencia del factor político, pero también del factor gremial, empresario, comercial, financiero y educativo. Esos también son factores de presión incluyendo los medios periodísticos. Cuando tomamos una decisión a muchos no les va a gustar y otros sí. En esa situación a veces tenemos que viajar todos los jueces, ese una especie de ambivalencia. Lo que da mucho dinamismo es que la libertad me permite estar en una constante discusión y en la discusión lo que yo pretendo es sacar la mejor idea.
¿Es amigo de Ricardo Colombi? (Risas) Podríamos decir que nos conocemos hacemos mucho tiempo. La amistad es la construcción de un montón de afectos, si alguien después de un tiempo puede decir que hemos construido afecto, entendimiento, podemos hablar que hubo amistad. En lo personal -entiendo que tengo nueve amigos de los cuales dos han fallecido, el doctor Mario José Payes y el veterinario Arturo Seward, mi cuñado; con cuatro nos conocemos de hace 8, 10 años y seguimos juntándonos, teniendo la misma temática, mucha confianza, podría agregar a 3 más.
Pero no lo incluye a Colombi… No. Hemos compartido buenos momentos con el Gobernador, ahora la amistad es una cuestión de ida y vuelta, no sé cómo me ve él. Hay que valorarlo con el transcurso del tiempo. Tengo entendido que se lleva bien como mi esposa. Nunca tuve problemas.
Colombi destaca su trabajo, usted ¿qué opina del Gobernador? Que está equivocado. Que tiene que ser de Independiente. ¿Cómo va a ser de Boca? Creo que no es fácil conseguir una cantidad de votos que se va prolongando en el tiempo y lo mantiene y tiene una sagacidad para reponer rápidamente los votos perdidos. Tiene unas conductas que me hace recordar al gobernador Piragine, quien salía y visitaba a todos los posibles amigos políticos, los visitaba en la casa y tomaba unos mates. Tiene una conducta parecida y algunas actitudes que me hacen pensar bien de él. Hay algunos actos de gobierno que me interesan, por ejemplo la rendición de cuentas y que somos una de las pocas provincias que tiene equilibrio fiscal; las deudas están controladas y permanentemente sale a defender algunas deudas que la Nación tiene con nosotros. Eso hace bien a la imagen de su gestión.
¿Tiene enemigos? No, creo que no. Debo tener personas que me guarden mucho rencor o alguna cuestión que consideraron que hice mal. Pero estoy convencido que no estafe nadie, ni robé nada, que a donde llegué no fue por pisar la cabezas, sino subiendo mi propia escalera. Creo que nunca perjudiqué a nadie; que las decisiones que tomé fueron en base al cargo que tenía. Tuve personas con las que he discutido mucho, pero enemigos viscerales, no. Creo que si hay alguno, es porque no pueden soportar que mis ideas pudieron llevarse adelante y no la de ellos, pero es su problema.
¿Qué le provoca que se lo sindique como el responsable de que Raúl Rolando Romero Feris esté libre? Tres cosas. La primera: el que tiene que estar enojado conmigo es Tato Romero Feris. Este tribunal falló 2.022 veces en su contra, yo solo firmé el 82 por ciento de las resoluciones. Sacá tus conclusiones. Cuando vine en el 2003 y pudimos conformar el Tribunal con la doctora Morilla y la doctora Godoy Prats, iniciamos el debate y aparece lo que se denomina la sentencia de la Corte Suprema por el Caso Fraticcelli. No pudimos participar más, el último juicio lo hicimos en 2006. ¿Qué pasó en 2007, 2008, 2009? ¿A mí me tienen que preguntar? Es injusto, ¿no? Yo puedo dar las explicaciones, porque soy el responsable y sé lo que pasa con este expediente. Pero yo no soy el culpable de lo que haya pasado. Como tercera medida, reiterar algo que ya lo dije en el 2000: el señor Romero Feris tiene el derecho, según este Código, a tener un solo juicio con una conexidad objetiva y subjetiva. Es decir, que le hagan un solo juicio con dos, tres, cinco o 50 denuncias. Pero eso, en 2003, me decían que era muy difícil hacer, porque hubiera sido un juicio más grande que el Nüremberg. Tenían razón, pero esta conexidad que dije, que implica la unidad de la causa, se tiene que hacer al final. ¿Qué hice a principios de este año? Lo que dije en el 2000 (unificó las condenas). Además yo no impedí, yo suspendí las cosas hasta que la causa quede firme, nada más.
Desde hace años fue considerado como un posible candidato al STJ, ¿lo decepcionó quó no llegara antes el nombramiento? Al principio sí, después lo tomé como algo al pasar. Y en algún momento me dije: “Alguien me está haciendo un favor”...
Domingo, 9 de noviembre de 2014
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