Tutores, docentes y direc­tivos de la escuela primaria “Ambrosio de Acosta”, del barrio Güemes, volvieron a denunciar ayer pública­mente los innumerables obstáculos que tienen para el dictado de clases. Por eso, ayer algunos tu­tores resolvieron llevar a sus hijos de regreso a casa, so­bre todo los de Sexto grado ya que son las aulas desti­nadas a este nivel las que se encuentran en peor estado.

Ayer, en un aula debieron juntar a dos divisiones. De esa manera más de 44 estu­diantes compartieron pupi­tres para dar clases. En otra sala, de apenas dos metros de ancho, se amontonaron otros chicos contra la pared para evitar el sol y de esa manera transcurrió su jor­nada escolar.

“Es una vergüenza lo que pasa en esta escuela, a la que vienen tantos chicos. Los directivos presentaron notas al Ministerio de Edu­cación y los tutores también lo hicimos, hace tiempo pe­dimos mejoras pero nunca nadie responde”, se quejó Marisa, que tiene dos niños en esa institución.

De las 12 aulas que ayer no tenían energía eléctrica, tres no tienen luz ni aireación natural ya que se encuen­tran dentro de un patio ce­rrado. Por ello esos espacios están inhabilitados desde el primer día de clases. Pero además en esas aulas ape­nas hay unas me­sas rotas y algunas sillas. “Si tenemos que dar clases acá, no sabemos de dónde vamos a sa­car el mobiliario. Ahora son menos los alumnos porque muchos regresaron a sus ca­sas por decisión de los tuto­res, pero no podemos estar más tiempo así”, se quejó una maestra del último año.

Juan Carlos Villordo, el director de ese estableci­miento, contó a NORTE de Corrientes que los proble­mas de infraestructura son de larga data. Respecto al tema eléctrico dijo que “se trata de una fase que no funciona y que tiene en pe­numbras a muchos salones que cuentan con ventanas al exterior”.

“Es una barbaridad que tengamos que recibir de esta manera a los alumnos, son los más afectados, pero solos no podemos revertir esta situación”, contó el do­cente. Dijo que durante las vacaciones recibieron una visita de representantes de la cartera sanitaria. “Dijeron que el lunes iban a mandar una empresa para que rea­lice todos los arreglos, pero ese lunes nunca llegó”.

Al problema de la falta de electricidad se suma el mal estado del mobiliario y la falta de espacios. Fue eso, por ejemplo, lo que motivó a los miembros de esa comu­nidad a cerrar el escenario para los actos escolares con machimbre para crear así otra aula. “Lamentablemen­te es lo único que podemos hacer para darles a los chi­cos el espacio que necesi­tan”, contó el director.

El patio destinado a los alumnos más pequeños, sin ir más lejos, es un salón ce­rrado, “sin cielorraso, cha­pas traslúcidas ni ventanas. Es como una caja, un horno sofocante en el que no se puede estar”, reclamó ayer una tutora que se encontra­ba en el lugar.

La institución tampo­co cuenta con un depósito donde guardar las reservas de alimentos para los alum­nos o el equipamiento.

“Hay televisores y equipos de audio, todo está amonto­nado en la Dirección, ya no que hay lugar para nada”, dijo una maestra.

No hay una sala para bi­blioteca ni para los maest

Miércoles, 12 de marzo de 2014