Hay situaciones en las que, sin importar lo que hagamos, nuestras manos comienzan a sudar: una primera cita, entrevista de trabajo o una conversación difícil. Lo extraño es cuando se hace rutinario… A continuación algunos datos sobre las palmas sudorosas.

La sudoración excesiva, conocida como hiperhidrosis, usualmente afecta las plantas de los pies, axilas y, por supuesto, las palmas. Aunque es una condición más común de lo que creés, se complica cuando se experimenta ansiedad o niveles elevados de estrés.

Qué se asocia a las palmas sudorosas
Lo primero que debes saber es que se trata de una reacción química del organismo; y, por ende, está ligada a los cambios hormonales y los que puedan ocurrir en la piel. Expertos en dermatología y cosmética proponen algunas soluciones para lidiar con este problema. Entre estas destacan:

Botox: las inyecciones de la popular toxina botulínica no se limitan solo a las arrugas, también es viable en estos casos.

Acupuntura: una técnica milenaria que contribuye también a calmar la mente.

Cargas de iones: consiste en sesiones de mínimas descargas eléctricas bajo el agua que engrosan la piel.

Desodorantes: pueden aplicarse durante la noche para que minimicen la transpiración.

Las palmas sudorosas también pueden indicar problemas de salud mucho más serios y que no deben ignorarse. Y la razón principal es que el sudor, si bien es uno de los mecanismos de auto-regulación, también es producido por una serie de glándulas.

Si además de las palmas sudorosas sentís otros síntomas como: aumento del ritmo cardíaco, mayor apetito e incluso una disminución en la libido, podría estar vinculado a enfermedades de la tiroides, menopausia temprana o ciertos tipos de cáncer.

Por esto es esencial que estés atenta a lo que tu cuerpo te va comunicando a diario. Tampoco es sano posponer indefinidamente los chequeos médicos de rutina. ¡No te descuides!

Miércoles, 8 de julio de 2020