Amado por algunos y odiado por otros, el ajo es quizás uno de los alimentos más comunes en cualquier cocina. Ideal para dar un poco más de sabor a las preparaciones se convierte en un ingrediente indispensable.

El tallo se come
Cuando pensás en “ajo”, inevitablemente te imaginas los dientes. A pesar de la perpetuidad de esa imagen particular de la planta, no es la única parte que podés comer.

Las variedades de ajo de cuello duro producen “escapos”, brotes verdes que pueden ser especialmente deliciosos y tiernos cuando son jóvenes.

Piensa en ellos como un cebollín o cebolleta con sabor a ajo. También hacen una maravillosa adición a pestos, sopas y mantequillas.

China es el país que produce más ajo
El ajo es originario de Asia central y también ha aparecido durante mucho tiempo en la cocina europea y africana. Sin embargo, es China la que actualmente tiene el récord de la mayoría del ajo cultivado.

Según un estudio de 2012, en China crece dos tercios de los ajos del mundo. Lo que podrían ser alrededor de 46 mil millones de libras por año.

Una persona consume en promedio 1 kilo de ajo
Entre las curiosidades del ajo más fascinantes, se encuentra su cantidad de consumo.

Un estudio reveló que una persona promedio consume al menos 1 kilo de año. Incluso, aunque sea solo 1 kilo del divino alimento, eso significa comer aproximadamente 302 dientes por persona al año.

La que si sacamos la cuenta, cada diente normalmente pesa unos tres gramos ¡No nos cansamos de comerlo!

Te ayuda a reducir el colesterol
La mejor manera de obtener poder del ajo es tomando un cuchillo y empezar a cortarlo. Consumir ajo nos proporciona una dosis de tiosulfinato que se convierte en alicina.

Una propiedad especial que nos ayuda a reducir el colesterol malo. Esto debido a que tiene elementos antibióticos y antimicóticos, que inhiben a las enzimas de que sigan creciendo en las células hepáticas ese terrible colesterol.

La alicina también es buena para compatir las enfermedades cardiácas
La alicina ayuda a la liberación de óxido nítrico en los vasos sanguíneos, relajándolos y provocando una caída en la presión arterial.

Mantener los vasos sanguíneos relajados y disminuir la presión sanguínea es bueno para el corazón. También, para el resto del sistema vascular. Sin embargo, obtener estos beneficios de la mano del ajo, es una manera sabrosa de lograrlo.

El uso del ajo para obtener beneficios saludables se remonta a la historia antigua
Se cree que los faraones egipcios ayudaron a los constructores de sus pirámides medicinalmente con ajo para hacer que se fortaleciesen. Un antiguo documento médico egipcio, el Papiro Ebers, cuenta 22 asombrosos usos medicinales diferentes para la planta.

El ajo también aparece en textos de Virgilio, Plinio el Viejo, Chaucer y Galeno. Todos detallan sus diversos usos y comparten conocimientos sobre el mágico alimento.

Los beneficios saludables reales del ajo son, probablemente, la razón de uno de sus mitos más famosos
Durante mucho tiempo se había reconocido al ajo como una excelente ayuda a la salud. Ello mucho antes de que el escritor Bram Stoker presentara el concepto del vampiro –una bestia repelida por el ajo– al público con su novela Drácula de 1897.

En el libro, Van Helsing usa el ajo como agente protector. Se cree que Stoker tomó esa idea de los muchos propósitos medicinales del ajo, particularmente que sirve como repelente de mosquitos.

Entonces aplíquenlo a la ficción del vampiro intentando obtener la sangre de otras personas. Y definitivamente esta es una de las curiosidades del ajo que ha trascendido en todas las culturas.

El ajo puede solucionar muchos problemas en tu piel
Podés combatir el acné y el herpes labial con ajo, simplemente cortando los dientes por la mitad y aplicándolos directamente a la piel.

Espera un poco, ¡siempre y cuando puedas soportar! Y aunque el olor no sea el mejor, las propiedades antibacterianas de la planta milagrosa acelerarán ese proceso de curación.

Podés usar ajo para hacer pegamento
El jugo pegajoso que se encuentra en los dientes de ajo se utiliza a menudo como un adhesivo, especialmente para proyectos delicados que involucran elementos frágiles como el vidrio.

Solo tenés que aplastar los dientes para llegar a ese líquido pegajoso. A pesar de su olor, funcionan sorprendentemente bien como un agente de unión para trabajos más pequeños.

Miércoles, 10 de junio de 2020