La edad no es suficiente para hacernos personas completas y maduras. Por supuesto, superar cierta edad nos hace adultos, pero eso no significa que nos convierta en personas maduras.

Si conocemos a alguien que nos parece que se comporta como una persona inmadura o te consideras que no has alcanzado la madurez completa, en este artículo investigaremos las características de las personas inmaduras.

¿Qué caracteriza a una persona inmadura?

El inmaduro rechaza la idea de crecer, de asumir las responsabilidades que le competen, modifica el rol que tendría que ocupar en la sociedad y se refugia en formas de pensar y estilos de vida más cercanos al mundo de los niños que al mundo de los adultos.

Las personas inmaduras ocultan un deseo anormal de pensar sólo en ellos mismos. Esto es una forma de egoísmo narcisista, que los “protege” de hacer frente a las consecuencias (por diversión o simplemente desentendimiento). Esta clase de egoísmo suele ser llevado al entorno familiar o a la vida en pareja, afectando seriamente cualquier crecimiento en su relación.

La inmadurez no es una enfermedad

La persona inmadura no está enferma y no tiene ningún trastorno mental. La persona inmadura tiene aspectos que si se toman por separado, pueden pertenecer a algunas patologías. Por ejemplo, el rasgo narcisista o el rasgo de personalidad histriónico. Pero, en general, no significan un síndrome, sino simplemente un personaje ficticio.

El inmaduro tiende a amplificar

Es una estructura de personalidad en la que se acentúan algunos aspectos que se consideran “normales”.

La tendencia a tomar todo a la ligera, por ejemplo, la atracción por la diversión, la ligereza con la que enfrentan la vida. Por supuesto, todos tenemos la tentación de evitar compromisos y muchos de los rasgos son comunes para muchos de nosotros, pero en la persona inmadura estos rasgos se amplifican hasta el punto de comprometer muchos aspectos de su vida.

Los comportamientos típicos del niño eterno

Para la persona inmadura obtener todo lo que quiere es primordial, la realización de los deseos suyos suplanta a los de cualquier persona, e incluso a cualquier necesidad externa a ellos mismos. Y, si se enfrenta a problemas concretos, encuentra una manera de evitarlos huyendo. Para ellos no es prioridad modificar ninguno de sus actos ni rever sus comportamientos, ellos se escapan de enfrentar esas etapas significativas de la vida que implican una inversión de fuerzas o energía, o sacrificio de la propia persona.

Características de personas inmaduras

Las personas inmaduras piensan solo en ellas mismas, son narcisistas por excelente, “se aman” a si mismos más que a cualquier otra cosa. Por ello no pueden tomar en consideración el punto de vista de los demás. Detrás de ellos, suele estar siempre una figura que toma responsabilidades en su lugar, primero puede ser la madre o padre y luego su pareja.

Generan vínculos de dependencia

Para las personas que son emocionalmente inmaduras, los demás son solo un medio, no un fin en sí mismos. No necesitan a los demás porque los aman, sino que los aman porque los necesitan. De esta manera, a menudo construyen vínculos a través de la dependencia emocional y afectiva.

Para establecer conexiones basadas en la libertad, estamos obligados a tener autonomía y ser personas responsables y maduras. Pero las personas que carecen de una madurez emocional no tienen un claro sentido de independencia.

A menudo, creen que satisfacer sus deseos es un comportamiento autónomo, pero para enfrentar las consecuencias de sus acciones, necesitan que los demás los protejan, o tomen partido por la responsabilidad que solo a ellos les pertenece.

Se los puede reconocer como personas egocéntricas

Ellos no son capaces de ver que el mundo no gira al rededor de ellos. Cuando somos bebés, pedimos alimento, a la hora que sea según sea nuestra necesidad, pero a medida que creces, aprendes a reconocer que no siempre puedes obtener todo lo que deseas, aprendes que otras personas también tienen sus necesidades y deben ser respetadas sin anteponer siempre tus propias necesidades.

Pero una persona inmadura, no es capaz de respetar el tiempo, las necesidades y limitaciones de los demás, su manera de concebir el mundo es muy egocéntrica y si no obtienen lo que desean, se comportan igual que lo haría un bebé, llorando hasta obtener lo que desea.

Tienen grandes problemas para tomar compromisos

Una clara señal de inmadurez en las personas es la dificultad de hacer promesas y cumplirlas.

Esta característica no les permite asumir una relación de pareja perdurable en el tiempo, ni les permite conseguir puestos de trabajo o progresar en sus proyectos, ya que sumado a las características antes mencionadas, no pueden tomar responsabilidades por ellos mismos tampoco.

Quieren controlar

La persona inmadura tiene dificultades para dejar que las cosas sean como son, y con frecuencia siente la necesidad de tener el control de todo y de todos.

Su zona de confort es variable en proporción directa a la aceptación de sus ideas, palabras y comportamiento general. Tiene sus propias ideas acerca de la perfección y el orden.

La persona no decide ser inmadura. Todas estas características de inmadurez no surgen o permanecen con la decisión consciente de los individuos. Casi siempre son el resultado de carencias en la infancia o pueden ser el resultado de experiencias infelices que le han impedido evolucionar y dejar ir estas experiencias.

También suelen ser consecuencias de la mala educación recibida por parte de los padres, que no supieron poner límites y permitir que el niño asuma pequeñas responsabilidades a lo largo de su desarrollo.

Lunes, 18 de mayo de 2020