CONSEJOS
Los mejores tips (y trucos) para quitar el sabor a ajo de la boca
Luego de consumir un ajo, el sabor queda durante mucho tiempo en la boca y la sensación dura mucho tiempo. Acá van algunos tips para que esto no pase.
El ajo tiene una curiosa y molesta capacidad, sobre todo cuando se consume en versión cruda: provocar una digestión muy movida, recordando que fue consumido durante tres o cuatro veces al día, es decir, repite o provoca reflujo gastroesofágico. Según la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), “una de cada cinco personas sanas presentan signos de reflujo gastroesofágico y no se considera una patología en sí misma”.
La principal consecuencia es la sensación de ardor, desde el estómago hacia la boca. También ocasiona el retorno de los contenidos gástricos hacia la faringe sin náuseas o arcadas y otros, que son menos frecuentes, como las flatulencias o la distensión del abdomen. Las alteraciones del sueño, que padecen más de la mitad de las personas que tienen reflujo, producen una disminución en la calidad de vida y todo esto puede inducir al paciente a desarrollar patologías, como la depresión o la ansiedad.
Las responsables de que el sabor a ajo no se quite de la boca son las sustancias sulfuradas que contiene, en especial la alicina y al disulfuro de dialilo, ya que generan una serie de reacciones químicas durante el proceso de metabolización del organismo. Para que esto se suceda, se recomienda comer ajos recientes y frescos porque son los viejos los que tienen mayor cantidad de sustancias organosulfuradas.
Otra acción recomendable es sumergir tres veces la especie en agua fría para restar potencia a las sustancias que provocan el reflujo gastroesofágico. “El sistema es fácil: echamos los dientes de ajo pelados en una cazuela con agua fría. Cuando rompa a hervir, la tiramos y añadimos nuevamente agua fría. Repetimos la operación tres veces”, indican desde la SEPD.
También se puede retirar la parte interna del ajo o, lo que es lo mismo, el germen, que es la que más reflujo ocasiona. Para ello, “basta con abrirlo de manera longitudinal y extraer la parte interior”. Claro que solo es un procedimiento válido para las variedades más nuevas, pues las viejas seguirán repitiendo pese a que se retire el germen interior”.
Otro truco es introducir el ajo durante unos minutos al microondas a media potencia para que el gusto sea más suave y así quitarle la permanencia del sabor. Si estos tips no sirven, también se puede experimentar con otras variedades de composición menos potente como, por ejemplo, el ajo negro.
Martes, 29 de octubre de 2019
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