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Hígado graso no alcohólico: 1 de cada 4 personas sufre de esta afección y no lo sabe
Es bien sabido que el peor enemigo de nuestro hígado es el alcohol, pero también existen otros factores que pueden generar que éste se enferme. El sedentarismo, el sobrepeso y la diabetes pueden llegar a provocarnos el “hígado graso no alcohólico” y una de cada cuatro personas no saben que lo padecen.
Esta enfermedad es realmente peligrosa, ya que el funcionamiento de este órgano se ve comprometido por el exceso de grasa en él, lo que puede desencadenar enfermedades graves como el cáncer o la cirrosis.
Esta afección se da debido a los comportamientos sedentarios, el excesivo consumo energético y las dietas deficientes a nivel nutricional.
Los profesionales advierten sobre esta situación e incitan a que se replanteen las regulaciones sobre la venta y el marketing de productos que contienen azúcar y otros componentes que pueden ser perjudiciales para la salud.
La profesora de la Universidad de Lisboa, Helena Cortez Pinto, comento: “En la región europea, los niños están expuestos de forma regular a marketing que promueve el consumo de bebidas azucaradas y con altas densidades calóricas. La legislación sanitaria debe incluir restricciones a la publicidad y al marketing dirigido a niños de bebidas azucaradas y comidas procesadas ricas en grasas saturadas, azúcar y sal”.
Consejos Además, la especialista recomienda seguir la famosa “Dieta Mediterránea”, la cual posee un bajo nivel de carne roja y de azúcares y en la que predominan el aceite de oliva, los frutos secos, las frutas, las verduras y el pescado.
Por lo tanto, se debe realizar un control de calorías que favorezca la pérdida de peso. Es fundamental aumentar el consumo de fibra, reducir los azúcares simples y las grasas saturadas, aumentar los ácidos grasos omega 3, utilizar con moderación aceite de oliva virgen y suprimir cualquier tipo de bebida alcohólica.
Consejos Además, la especialista recomienda seguir la famosa “Dieta Mediterránea”, la cual posee un bajo nivel de carne roja y de azúcares y en la que predominan el aceite de oliva, los frutos secos, las frutas, las verduras y el pescado.
Más allá de la dieta, para evitar el hígado graso es fundamental que sumemos el ejercicio como uno de los pilares para poder bajar de peso. También existe la posibilidad de que si consultamos con un profesional nos indique que, por precaución, nos demos las vacunas contra la hepatitis A y B las cuales ayudan a proteger el hígado.
Martes, 1 de octubre de 2019
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