Son muchas las personas que se ven obligadas a sacar el registro de conducir para trasladarse por su propia cuenta. Pero a la hora de pisar el acelerador sufren de amaxofobia, o el miedo a manejar.

Las personas en algún momento tienen que enfrentar sus miedos y ese temor puede representar tomar el volante y salir a manejar. Esas personas sufren amaxofobia, es un problema que según un estudio de la Fundación CEA sufren más del 28% de los conductores. Estos miedos se pueden dar por una mala experiencia, algún recuerdo doloroso o los constantes temores transmitidos por familiares.

El especialista en Amaxofobia, Ignacio Calvo dijo: “Para la mayoría de las personas que lo padecen, suele comenzar experimentando sensaciones de mucha ansiedad e incluso pánico en determinadas circunstancias en las que no pueden escapar fácilmente como ocurre a velocidades superiores a 100 km/hora y entornos como las autovías”.

Muchas veces este miedo puede ser generado por estrés: “Con la consiguiente incapacidad para regular la ansiedad que al no poder hacerlo mientras se conduce la persona tiende a rechazar el afrontamiento anticipando catástrofes al conducir así”, continua.

Los síntomas de amaxofobia pueden ser taquicardias, sudoración, rigidez muscular y sensación de mareo, entre otros. El afectado se ve invadido por pensamientos catastróficos que lo impulsan a evitar sentarse en el asiento del conductor: “Ello afecta a su autoestima y restringe su libertad de movimientos”.

“El miedo a conducir es tan poco recomendable para el que lo padece como para quienes comparten carretera con el afectado. La amaxofobia puede y debe tratarse en beneficio de todos”, afirmó el especialista.

Para solucionar este problema se trabajan los pensamientos que apuntan a la negatividad: “Aprender a relacionarse con esos pensamientos de forma diferente, utilizándose técnicas como las autoinstrucciones”. Y cada persona debe realizar un abordaje gradual hacia su problema.

Viernes, 23 de agosto de 2019