SALUD
Comer pochoclos y sardinas trae beneficios a la salud que muchos no conocían
Una de las principales claves para mantenerse saludable es poder generar una dieta rica en vitaminas. Por esa razón a la hora de diagramar las comidas entre los alimentos que se recomiendan consumir se encuentran las frutas y las verduras.
Pero para los paladares exigentes y curiosos existen otras alternativas de alimentos que también pueden brindarnos lo que nuestro cuerpo necesita para estar gozar de buena salud.
Uno de ellos es la sardina tanto en su presentación al natural como en conserva. Suele ser muy utilizada en comidas pertenecientes a la estación de verano, pero no tanto el resto del año.
El dietista-nutricionista de la Academia Española de Nutrición y Dietética, Manuel Moñino, expresa que una ración de este tipo de pescado aporta el triple de ácidos grasos omega-3 recomendados por jornada. Si se encuentra convinado con aceites naturales los beneficios para nuestra salud son aún mayor de lo que se cree.
“Al ponerlas en conserva, la espina del pescado se degrada y el calcio que contiene, que de por sí ya es alto, se funde en la carne, aumentando su biodisponibilidad”, apunta Marques.
Otras de las carácterísticas de este tipo de alimento es también su alto contenido defósforo, hierro, selenio y vitamina B12, la cual ayuda al desarrollo de las células sanguíneas.
El maíz es de los cerales más consumidos del mundo y su contiene un alto grado de hidratos de carbono compuestos antioxidantes y propiedades saciantes, que son muy importantes para controlar cuánto comemos.
Se suele creer que el máiz consumido en pochoclos no es saludable y es por esa razón que muchas veces no se les permite a los niños comerlo. Esto es un error debido a que pueden ser muy beneficiosos para la salud si se preparan de una manera correcta.
Para poder obtener de forma cacera 100 gramos de pochoclo se utiliza aceite de oliva y una pizca de sal, mientras que por el lado de los industriales se suman otros ingredientes, que aportan un alto contenido de sal, azúcar y grasas añadidas.
“Es una grasa que aporta ácidos grasos muy poco saludables y cuyo consumo se asocia a un mayor riesgo cardiovascular; así, el problema no es el maíz, sino los ingredientes que le acompañan”, sostiene Marques.
Lunes, 12 de agosto de 2019
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