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¿Cómo debemos actuar ante un shock anafiláctico?
Las reacciones alérgicas pueden afectar a distintas partes del cuerpo y con una gravedad variable. Algunas personas alérgicas tienen síntomas muy leves, mientras que otras pueden tener manifestaciones más importantes. La anafilaxia es la manifestación alérgica más grave.
La anafilaxia se define como una reacción alérgica generalizada, de instauración rápida y que, en los casos más graves y si no se actúa de forma inmediata, puede ser mortal. Esto significa que afecta a dos o más órganos: la piel, el sistema respiratorio, el digestivo, el cardiovascular…
Si la anafilaxia se presenta con afectación cardiovascular y bajada de presión arterial es cuando se habla de shock (o choque) anafiláctico, que es una urgencia médica.
Principales causas Esta reacción sistémica puede tener diferentes causas, la gran mayoría de tipo alérgico. Victoria Cardona, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Valle de Hebrón, de Barcelona, señala que en los adultos “es más frecuente la anafilaxia debida a medicamentos, mientras que en niños es más habitual que sea por alimentos”. La leche y el huevo son los alimentos que causan más reacciones alérgicas a los lactantes, pero según crecen van apareciendo las alergias a otros alimentos, como los frutos secos, el pescado o el marisco.
Las picaduras de abejas y avispas, el látex o el anisakis son otros posibles orígenes alérgicos de la anafilaxia. En algunos casos, la reacción puede desencadenarse por otros agentes, como el frío o el ejercicio, o bien por enfermedades poco habituales, como la mastocitosis. Finalmente, en una proporción no desdeñable de los casos no llega a conocerse la causa.
Síntomas y signos de alerta Cardona comenta que los síntomas de la anafilaxia pueden ser muy diversos. Estas son las posibles manifestaciones a las que hay que prestar atención:
Piel: picor, urticaria, enrojecimiento, hinchazón. Boca: picor, hinchazón de los labios o la lengua. Nariz: estornudos, congestión nasal, secreción nasal. Garganta: picor, opresión, dificultad para tragar, inflamación de la parte posterior de la garganta. Tórax: Falta de aliento, tos, sibilancias, dolor de pecho u opresión. Corazón: pulso débil, palpitaciones. Tracto digestivo: vómitos, diarrea, calambres. Sistema nervioso: mareo, pérdida de consciencia. Por ejemplo, en una persona que presenta síntomas de ahogo o pierde el conocimiento, “el picor palmoplantar (en las palmas de las manos y las plantas de los pies) es muy sugestivo de que puede tratarse de una reacción alérgica grave”, señala la alergóloga.
Pasos que hay que seguir Ante la sospecha de shock anafiláctico, lo que hay que hacer siempre es llamar al 112 inmediatamente. Siempre que se disponga de ella, se aconseja administrar adrenalina intramuscular cuanto antes. Sin embargo, si se trata del primer episodio de anafilaxia, lo más probable es que el afectado no cuente con un kit de emergencia que contenga este fármaco.
Una vez que hayan avisado al servicio de urgencias, los acompañantes deberán hacer lo siguiente mientras esperan al equipo sanitario:
Poner al paciente en posición cómoda, tumbado y con las piernas elevadas, excepto en caso de vómitos o dificultad respiratoria. Evitar los cambios posturales. Si está inconsciente pero con respiración espontánea, colocarlo tumbado de lado. Si el afectado es alguien que ya ha sufrido algún choque anafiláctico o cuyos médicos han determinado que tienen un gran riesgo de padecerlo, llevará siempre consigo un kit de emergencia que contenga adrenalina. La adrenalina suele ser autoinyectable, con el fin de que el paciente no tenga que preocuparse ni de poner la aguja ni de calcular la dosis. Se inyecta en la cara lateral del muslo, cogiendo el autoinyector como si fuera un puñal.
En ocasiones, además de adrenalina, los kits de emergencia constan de un antihistamínico o una pastilla de cortisona, que pueden ayudar a controlar los síntomas No obstante, Cardona hace hincapié en que “los antihistamínicos no bastan; harán que te pique menos, pero no te salvarán la vida”. El medicamento crucial es la adrenalina, que presenta la ventaja de actuar “tanto sobre el sistema respiratorio como sobre el cardiovascular, que son los que condicionan la gravedad de la reacción”.
La especialista aconseja a toda persona que haya sufrido una anafilaxia que acuda, una vez superada la urgencia médica y transcurrido un tiempo no demasiado prolongado, al alergólogo, que será quien investigue la causa y cómo actuar en adelante.
Asimismo, Cardona reseña la conveniencia de evaluar convenientemente las alergias alimentarias, con el objetivo de esclarecer la gravedad y si existe riesgo de anafilaxia. “Hay pacientes con alergia alimentaria que solo presentan síntomas en la boca porque son sensibles a unos alérgenos que se destruyen muy fácilmente por la acción de las enzimas de los jugos gástricos y no dan ningún otro síntoma”. Muchas de esas personas siguen innecesariamente dietas muy restrictivas por el temor de una reacción grave, pero un alergólogo podría ahorrarles privaciones e indicarles qué es lo que realmente deben hacer.
Jueves, 1 de agosto de 2019
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