MENSAJE DEL ARZOBISPO DE CORRIENTES, ANDRES STANOVNIK
La Iglesia instó en la Basílica a “un decidido compromiso de respeto al adversario político”
Durante la misa central por el 119° Aniversario de la Coronación Pontificia, el vicario de la Arquidiócesis leyó la homilía del prelado, quien además subrayó: “Las cartas están echadas definitivamente a favor de la vida, la de todos”.
Pasado el mediodía de ayer, se realizó en el atrio de la Basílica de Itatí, ante una multitudinaria feligresía, la misa central con motivo del 119° Aniversario de la Coronación Pontificia de la imagen de la Patrona de Corrientes, presidida por el vicario de la Arquidiócesis, José Billordo. Cabe recordar que por motivos de salud, el arzobispo Andrés Stanovnik no estuvo presente, aunque sí preparó la homilía que fue leída por Billordo. En el inicio del mensaje, el prelado afirmó que “junto a María, nuestra Madre, nos sentimos felices y seguros, como un niño en brazos de su madre”. En alusión a esta idea, indicó: “En sus brazos, el peregrino se siente seguro y con ella le reza a Dios, se arrepiente y llora sus pecados, para regresar consolado, renovado y decidido a hacer el bien siempre y donde haga falta. El peregrino sabe que la Cruz de Jesús y su Madre la Virgen María siempre van juntos”, agregó. Dirigiéndose a quienes hace varios días viajaron hacia Itatí, y en alusión a un conocido chamamé, Stanovnik citó: “Peregrino de la esperanza, promesero de la Virgen, tu misión está expresada con palabras muy bellas en aquel poema que dice: ‘después de rezar, yo también me iré, con tu bendición, Virgen de Itatí’. ¿A dónde me iré?, podríamos preguntarnos, para responder inmediatamente: a cumplir ahora con la promesa de ser tu misionero allá ité, donde me está esperando un familiar, un vecino, un compañero de trabajo, un amigo o una amiga, o un empleado o, tal vez un adversario político, para que en todos esos encuentros yo sea un instrumento de paz”. Por ello invitó a que cada uno sea “alguien que sume, que alivie penas, y no uno que las causa o las aumente, sino alguien que busque crear lazos de amistad, restaure puentes rotos y cure viejas heridas, y deje atrás esos enfrentamientos que siguen generando resentimientos y odios”. Profundizando en el aspecto social, el Arzobispo manifestó que “junto a la Cruz y la Virgen, bautizados y enviados”, pedimos por nuestra patria y por sus gobernantes, para que siempre prevalezca el amor fraterno y el diálogo abierto a todos; un decidido compromiso de respeto al adversario político especialmente durante este tiempo de campaña política; la pasión por la verdad con un genuino sentido de la justicia; y una voluntad sincera de cuidar y promover el desarrollo de los más humildes y postergados de nuestra comunidad”.
Ratificación En otro tramo de su reflexión, Stanovnik expresó que “la Cruz es el signo de la victoria sobre la muerte y el triunfo definitivo de la vida. Dios le ganó definitivamente la partida a la muerte”. Por ello enfatizó: “Ya no es necesario barajar de nuevo, las cartas están echadas definitivamente a favor de la vida, de toda vida y de la vida de todos”. Ante lo cual, explicó: “Por esa victoria que alcanzó Jesús por el camino de la cruz, tenemos la certeza de que la vida triunfa sobre la muerte, que el amor vence al odio, que la venganza es el arma de los fracasados, que el que mata el cuerpo no puede matar la vida de Dios que recibimos en el bautismo, y que la esperanza que brota de la cruz y de la Virgen no será defraudada. Se dan cuenta qué importante y trascendente es la misión que tenemos los cristianos en el mundo, en nuestra patria, y más concretamente, en nuestra provincia, en nuestros pueblos y parajes, en todas partes donde se desarrolla nuestra existencia”.
Miércoles, 17 de julio de 2019
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