LA DISPUTA POR LOS CARGOS AL CONGRESO
El dedo kirchnerista, la discusión por cargos y la demanda partidaria en el PJ
La elección de candidatos nacionales en el peronismo remite a 2003, cuando luego de una elección interna el postulante surgido de la voluntad popular tuvo que ceder el espacio a otro, designado desde la Casa Rosada. Jorge Barrionuevo había conseguido el lugar, pero una orden emitida por el propio Néstor Kirchner obligó al peronismo correntino a modificar la nómina, y colocar en ese lugar a Hugo Rubén Perié. El dedo K debutaba en Corrientes. Tiempo después, y ya con el predominio de La Cámpora, se sucedieron designaciones con idéntico modus operandi.
En rápida curación de las heridas del 2 de junio, el peronismo local avanza viento en popa hacia la conformación de las listas de candidatos a diputados nacionales, prendidos de la algarabía peronista que significó la postulación de la formula integrada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, y con el sueño de poder conseguir a nivel provincial una victoria luego de tan desastrosa performance electoral.
Y en ese marco se suceden las rees para determinar quiénes serán los beneficiados con los cargos, los que no saldrían del consenso local sino, más bien, del dedo nacional, de acuerdo con lo manifestado por altos referentes kirchneristas, quienes no se ruborizaron ante la definición poco democrática por ocupar los lugares.
“No me avergüenza ser candidato a dedo”, dijo horas atrás el actual diputado nacional José Arnaldo Ruiz Aragón, uno de los referentes locales de La Cámpora, consultado sobre este procedimiento tan común en el partido, y que fuera potenciado durante el kirchnerismo.
A esta situación se le debe agregar que los demás espacios buscan establecer un mecanismo para lograr un lugar, aunque más no sea testimonial en la grilla de suplentes, y figurar de esta manera, en lo que presumen será un triunfo de la fórmula armada por la ex Presidenta de la Nación.
Es que esta cuestión importa mucho al peronismo local que más allá de este contexto de euforia política por no tener de dirimir en las urnas los cargos, representa un mojón para determinar los espacios de poder puertas adentro de un partido que hoy manifiesta una grado de acefalía orgánica con la conducción partida y maltrecha luego de la catastrófica derrota del pasado 2 de junio en manos de la coalición gobernante.
Con poco músculo político propio para buscar un apoyo social por sí mismos, se suben a la cuestión nacional (e incluso a los triunfos en otros distritos) para exhibir logros como propios. Ahora bien, en el debe de este momento político queda la definición interna para saber, a ciencia cierta, quién conduce el partido para así determinar una acción de cara a disputar el poder a Encuentro por Corrientes. Lejos del poder local, y cerca de la euforia nacional, la maduración política está lejos en el peronismo.
Martes, 18 de junio de 2019
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