FIESTAS PATRONALES
Esquina celebra hoy a Santa Rita de Casia, patrona de lo imposible
Bajo el lema "Bautizados y enviados como Rita, vivamos la santidad", hoy 22 de mayo la comunidad católica celebra el Día de Santa Rita de Casia. La Iglesia que está ubicada en la esquina de las calles Córdoba y Bolivar de esta Capital tiene preparada varias actividades.
Cronograma de actividades: Horarios de las misas 7, 10, 12, 19:30 y 21 A las 16 se realizará la solemne procesión y luego la celebración eucarística.
Reseña histórica
Santa Rita de Casia no tuvo una vida fácil, fue una hija obediente y esposa fiel, pero era maltratada por su esposo y vio morir a sus hijos; sin embargo, gracias a su amor a Jesús logró la conversión del marido y ahora es conocida como la santa de lo imposible y Patrona de los necesitados. Su fiesta se celebra el 22 de mayo.
Santa Rita nació en 1381 en Italia en una época de conquistas, rebeliones y corrupción. Ella y sus padres fueron analfabetos, pero Dios le concedió a la Santa la gracia de leer.
Quiso ser religiosa, pero sus padres le escogieron un esposo y ella aceptó obediente. Su esposo tenía malas juntas, era bebedor, mujeriego y la golpeaba, pero Santa Rita se mantuvo fiel y en oración. Tuvieron dos gemelos que tenían el mismo temperamento del papá. Tras 20 años de casados el esposo se convirtió, Rita lo perdonó y juntos se acercaron más a la vida de fe. Un día él no llegó a casa y lo encontraron asesinado.
Los hijos juraron vengar la muerte de su padre y la pena de Santa Rita aumentó más. Ni sus súplicas los hacían desistir.
La afligida mamá rogó al Señor que salvara a sus hijos y que tomara sus vidas antes de que se condenaran con un pecado mortal. Así ambos padecieron una terrible enfermedad y antes de morir perdonaron a los asesinos.
Más adelante, Santa Rita quiso ingresar con las hermanas agustinas pero no fue fácil porque había estado casada y por la sombría muerte de su esposo.
Ella se puso en oración y cierta noche oyó que la llamaban tres veces por su nombre. Abrió la puerta y se encontró con San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista, de quien ella era muy devota.
Ellos le pidieron que los siga y después de recorrer las calles sintió que la elevaban en el aire y la empujaban suavemente hacia Casia hasta encontrarse arriba del Monasterio de Santa María Magdalena.
Cayó en éxtasis y cuando volvió en sí estaba dentro del Monasterio y las monjas agustinas no pudieron negarle más el ingreso a la comunidad. Hizo su profesión religiosa ese mismo año (1417) y fue puesta a prueba con duras pruebas por las superioras.
Santa Rita recibió los estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza. A diferencia de otros santos con este don, las llagas en ella olían a podrido y tuvo que vivir aislada durante muchos años. Después de una grave y dolorosa enfermedad partió a la Casa del Padre en 1457.
La herida de espina en su frente desapareció y en su lugar quedó una mancha roja como un rubí que tenía deliciosa fragancia. Su cuerpo permanece incorrupto.
Miércoles, 22 de mayo de 2019
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