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¿Qué es la obstrucción linfática?
Luego de que Cristina Kirchner anunciara que viajaría a Cuba para acompañar a su hija, Florencia, se conoció cuál es la patología que padecería.
“Quiero compartir con ustedes lo que nos está pasando”, escribió Cristina Kirchner, junto a un video, donde la misma senadora, con un tono suave y casi al borde de la emoción, explicó: “Hemos presentado un certificado médico sobre el estado de salud de Florencia en los tribunales” y adujo que la joven de 29 años padece “severos problemas de salud”. Tras varias especulaciones, finalmente se conoció que la hija de la exmandataria sufre una obstrucción linfática, también conocida como linfedema. ¿Qué es? Te lo contamos.
Según explica el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, el linfedema es una enfermedad donde el líquido linfático no drena adecuadamente, por lo cual puede acumularse en los tejidos y causar hinchazón. Generalmente afecta un brazo o una pierna, aunque también puede afectar otras partes del cuerpo, tales como la cabeza y el cuello.
Normalmente, la hinchazón se evidencia de manera gradualmente y viene acompañado por una sensación de pesadez y dolor que pueden extenderse a los dedos del miembro afectado, ya sea superior o inferior, siendo que si esta situación no logra controlarse, no solo aumenta la inflamación, sino que puede registrarse debilidad y dificultad en su movilidad. Además de comezón, enrojecimiento y calor en la piel, e, incluso, sarpullido.
Es más, en la zona donde existe esta patología las lesiones no sanan y aumenta el riesgo de infecciones, mientras que la piel puede sentirse estirada, engrosada y hasta endurecida. Lo cierto es que el linfedema tiene lugar cuando existe una acumulación de líquido en los tejidos blandos debido a que el sistema linfático está dañado o bloqueado. Se trata de una dolencia que puede estar vinculada al cáncer o por el tratamiento de este y puede causar problemas físicos, psicológicos y sociales en los pacientes. Vale destacar que existen dos tipo: primario o secundario. El primero es debido a un desarrollo anormal del sistema linfático y los síntomas pueden evidenciarse al momento del nacimiento o a lo largo de la vida.
En tanto, el secundario es una consecuencia de un daño en el sistema linfático, que puede ser por una infección, una lesión, cáncer, extracción de los ganglios linfáticos, radiación dirigida al área afectada o por cicatrices en el tejido por la radioterapia o la cirugía, según explica el NIC. Siendo que en este caso y cuando se trata de carcinomas se puede presentar en un lapso de tres años luego de una cirugía.
Su diagnóstico se realiza mediante exámenes físicos y de antecedente, además de estudios de linfocentellografía, donde se inyecta una sustancia radiactiva y se usa un escáner o una sonda para seguir el movimiento de esta sustancia; y el IRM, o imágenes por resonancia magnética, donde se utiliza un imán, ondas de radio y una computadora para crear imágenes.
En tanto, entre las medidas de prevención o empeoramiento del cuadro se enuncian: mantener la piel y las uñas limpias y cuidadas para prevenir infecciones, ya que el linfedema hace más fácil que las bacterias crezcan y causen infecciones; usar cremas o lociones para mantener la piel húmeda; evitar pinchazos de aguja en el miembro afectado; evitar probar la temperatura del sustancias, porque existe una menor sensibilidad; evitar bloquear el flujo de líquidos por el cuerpo; usar adornos y ropa flojos; mantener el miembro más elevado que el corazón cada vez que se pueda; y no aplicar calor al miembro.
Viernes, 15 de marzo de 2019
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