NUEVA EVIDENCIA COMPLICA AL HIJO DE BOLSONARO
Flavio reconoció haber contratado como asesoras parlamentarias a la madre y esposa de un mafioso prófugo
Los Bolsonaro, padre e hijo, nunca escondieron sus simpatías por las gavillas de policías y militares a las que reivindicaron en discursos, incluso en el Parlamento. Esa afinidad parece haber trascendido lo político.
Surgen nuevas evidencias sobre los vínculos entre un hijo de Jair Bolsonaro y las bandas parapoliciales. El diputado Flavio Bolsonaro reconoció haber contratado como asesoras parlamentarias a la madre y esposa del prófugo Adriano Magalhaes da Nóbrega, jefe de una de las más temidas “milicias” que operan en las favelas de Río de Janeiro. Los Bolsonaro, padre e hijo, nunca escondieron sus simpatías por las gavillas de policías y militares a las que reivindicaron en discursos, incluso en el Parlamento. Organizaciones mafiosas de las cuales el Clan Bolsonaro podría ser socio.
Ocurre que esa afinidad parece haber trascendido lo político según las informaciones conocidas este martes, las cuales indican un presunto lazo económico entre la familia presidencial y estas organizaciones delictivas en el contexto del “Bolsogate”. A cada día surgen datos probados sobre esta telaraña político-mafiosa surgida en Río de Janeiro donde está el nicho del poder bolsonarista: Jair Bolsonaro fue diputado federal por ese estado durante 28 años, Flavio es diputado estadual y acaba de ser electo senador federal y otro de los hijos, Carlos, es concejal carioca. Según las investigaciones en curso la madre de “para” Magalhaes depositó dinero en la cuenta del jefe de asesores de Flavio Bolsonaro, Fabrizio Queiroz. A este ex policía se lo considera como un posible “cajero” del hijo presidencial.
El “Bolsogate” surgió hace un mes y medio como un caso local pero en los últimos días se nacionalizó hasta llegar al Palacio de Alvorada, la residencia oficial en Brasilia, donde el sábado el mandatario mantuvo una reunión de cuatro horas con Flavio, cuya cabeza comienza a ser pedida incluso por miembros del oficialista Partido Social Liberal (PSL).
La situación se agrava a cada día y ayer llegó a un punto crítico.
Tres horas antes de que Jair Bolsonaro comenzara su discurso en el Foro Económico Global de Davos en Rio de Janeiro, decenas de agentes allanaron propiedades del jefe “miliciano” Adriano Magalhaes, contra quien fue librada una orden de captura. Ese excapitán de la policía carioca y su colega Ronald Paulo Alves Pereira, apodado “Tortuga , son considerados los cabecillas de los escudrones de la muerte que aterrorizan a los vecinos de las barriadas pobres del oeste de la ciudad. La banda de estos dos elementos cercanos a los Bolsonaro se llama Escritorio del Crimen.
Alias “Tortuga” Alves Pereira, procesado por asesinato hace más de una década, fue arrestado en la mañana de ayer tras lo cual el Grupo de Actuación contra el Crimen Organizdo (Gaeco) de la policía informó que también puede estar vinculado a la ejecución, en marzo del año pasado, de la activista Marielle Franco conocida por haber denunciado a las “milicias”. En la campaña de octubre Jair Bolsonaro fue el único, entre los principales candidatos presidenciales, que evitó pronunciarse sobre el asesinato y exigir su esclarecimiento.
En la Asamblea Legislativa de Rio Flavio Bolsonaro promovió homenajes a los capos milicianos Magalhaes y Alves Pereira, y fue el único legislador estadual que el año pasado negó su apoyo a una ceremonia en memoria de Marielle Franco, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Las noticias del martes hundieron aún más a Fabricio Queiroz que es visto como un operador de la sociedad entre Bolsonaro júnior y los escuadrones de la muerte.
Queiroz y Flavio Bolsonaro fueron citados a declarar y no compadecieron ante el Ministerio Público, que descubrió, junto con el Ministerio de Hacienda, movimientos financieros “atípicos”. Entre las operaciones bajo sospecha está la compra de departamentos lujosos por parte del hijo del mandatario que no tiene como demostrar esas inversiones con los ingresos como parlamentario.
Las informaciones que surgen todos los días sobre el escándalo han hecho mella en un gobierno que está en funciones hace sólo veintidós días.
La oposición analiza crear una Comisión Parlamentaria de Investigaciones para averiguar si el enriquecimiento de Bolsonaro hijo es producto de su ligazón con los escuadrones de la muerte. Claro que esa eventual comisión no se privará de sondear las por lo menos posibles proyecciones de esta asociación con el jefe del Clan, Jair Bolsonaro.
Ante la prematura erosión del gobierno los legisladores del Partido de los Trabajadores se reunieron ayer con sus colegas del PSOL y el Partido Socialista para formar un frente “democrático y popular”. Es necesario enfrentar con “firmeza” a un gobierno “incapaz de sustentarse (...) frente a lo que está ocurriendo con el hijo del presidente”, declaró la senadora Gleisi Hoffmann, titular del PT.
Para evitar hablar de la crisis , Jair Bolsonaro suspendió una conferencia de prensa con medios internacionales en el Foro de Davos. El silencio presidencial en los Alpes suizos fue reprobado por el cantante Caetano Veloso. “Presidente de Brasil Bolsonaro, hable de las finanzas de su familia”, desafió Caetano, quien remató su tuit con el hashtag #Bolsogate.
Miércoles, 23 de enero de 2019
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