EL PRESIDENTE LO REITERO
Por qué Turquía no planea solicitar ayuda financiera al FMI
La economía turca enfrenta una grave crisis financiera y la moneda nacional se depreció en un 40% desde enero. Al mismo tiempo, las autoridades del país afirman que no recurrirán al Fondo Monetario Internacional en busca de ayuda.
Turquía pagó la totalidad de su deuda con la institución de crédito internacional en 2013 y, de acuerdo con el mandatario, el país está "lejos de necesitar" un nuevo préstamo del FMI. Ya en agosto, Berat Albayrak, ministro de Finanzas de Turquía, había dejado claro que el país no firmaría nuevos acuerdos con el FMI y que planeaba atraer financiamiento en los mercados internacionales.
Pese a que no lleve a cabo negociaciones con el FMI desde el 2013, los rumores acerca de un posible préstamo por parte del país otomano surgieron en el contexto de la crisis financiera vivida en Turquía. El valor de la lira ha ido disminuyendo constantemente desde principios de año, y en agosto, se ha intensificado notablemente después del deterioro las relaciones con Estados Unidos.
A principios de agosto, el Departamento del Tesoro de EEUU impuso sanciones contra los ministros turcos Abdulhamit Gul, de Justicia, y Suleyman Soylu, del Interior, acusándolos de "graves violaciones de los derechos humanos" por su implicación en la detención del pastor Brunson. Además Donald Trump, presidente estadounidense, dio luz verde a la duplicación de las tarifas al acero y aluminio turcos, hasta el 20 y el 50%, respectivamente.
Según Said Gafurov, experto en asuntos de Oriente, Erdogan no quiere buscar el apoyo del FMI porque no cree especialmente en la eficacia de las políticas del fondo. Además, el liderazgo turco, obviamente, no desea seguir las exigencias que suelen acompañar la provisión de sus préstamos.
"[Erdogan] pretende salir de la crisis no por un método cíclico, en el que el FMI insistirá sin duda, sino con un método contracíclico, es decir, resolver el problema del déficit presupuestario, sin reducir, por ejemplo, el apoyo social a la población o los gastos de defensa", afirmó Gafurov en una entrevista con RT. Según el experto, con una política contracíclica, la población comienza a comprar más bienes y Turquía produce bienes de consumo básicos y alimentos. En tal situación, el consumo y los impuestos aumentan, lo que impulsa la economía nacional y los ingresos presupuestarios comienzan a crecer.
Según Yaroslav Lisovolik, director del 'think tank' Club Valdái, una de las razones de Turquia para no solicitar ayuda financiera al FMI es el deseo del país de demostrar su capacidad para hacer frente a la crisis financiera sin mucha asistencia externa.
Al mismo tiempo, el experto destacó que la cooperación con el FMI tiene un papel importante, y no solo en lo que a obtener los fondos necesarios se refiere. La interacción con el fondo es una señal importante para los mercados financieros mundiales, para los cuales, el apoyo de los prestamistas mundiales es un signo de estabilidad.
Lisovolik cree que lo mejor para Turquía es mantener todas las opciones abiertas y tener a su disposición el máximo de herramientas para neutralizar la crisis. Especialmente en el caso de una inestabilidad en los mercados financieros globales. El experto recordó la actual situación de Argentina. Hace más de una década, las autoridades de la nación rioplatense declararon que prescindirían de los préstamos del FMI en el futuro. Sin embargo, las dificultades financieras vividas actualmente obligaron al país suramericano a buscar apoyo del fondo.
Martes, 9 de octubre de 2018
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