En los restaurantes hindúes se estila entregar junto con la cuenta un puñado de semillas de colores. Ese conjunto de semillas con aspecto de alpiste para mascotas se llama Pan Masala y tiene la finalidad de ayudar a nuestra digestión después de haber ingerido una comida picante o de muchos sabores.

“Existen 80 causas fisiopatológicas que alteran el aliento. Desde problemas en la cavidad bucal, en la garganta, alteraciones sistémicas o metabólicas. Y los alimentos y la dieta que llevamos influyen y mucho en nuestro aliento”, apunta el odontólogo doctorado en halitosis Jonás Nunes del Instituto del Aliento.

El mal aliento o halitosis es una afección mucho más frecuente de lo que creemos, pero tiene una causa en la mayoría de los casos de fácil solución. La falta de higiene en la cavidad bucal, la escasez de saliva y la consiguiente sequedad en la boca son muchas veces los culpables del olor de nuestra boca.

Consumir café, alcohol, ajo o la cebolla, así como tabaco, “contribuyen” a tener un aliento más fuerte y desagradable. “También hay fármacos que provocan la disminución de la producción de saliva y sequedad bucal, lo que es sinónimo de mal aliento. La diabetes, la indigestión y el estrés son otros desencadenantes de la halitosis”, cuenta el odontólogo Juan Solà, de Clínica Dental Sola.

El doctor Jonás destaca tres maneras positivas de enmascarar el mal aliento:

*Tomar hortelana o menta: esta medida no actúa en el origen del problema pero durante un tiempo enmascara los olores más desagradables.

*Tomar sustancias con propiedades antimicrobianas que actúan sobre la causa del mal aliento como el té de Taiwan.

*Tomar alimentos con compuestos fenólicos como algunas subespecies de champiñones. Los compuestos fenólicos captan gases y los transforman en sustancias solubles.

Por otro lado, desde el Instituto del Aliento apuntan que hay alimentos que empeoran la halitosis, como los que tienen olores desagradables que coinciden con los alimentos ricos en azufre (como los ajos, las cebollas, todos los tipos de coles, los huevos y las alcachofas); y los alimentos que activan procesos metabólicos que producen gastritis o reflujos como las carnes rojas muy grasas, los cítricos o el alcohol.

También hay que tener en cuenta, según expone el doctor Nunes, que hay hábitos y dietas que empeoran la calidad de nuestro aliento: “los ayunos prolongados activan la glucomeogenesis y producen un olor desagradable en nuestro aliento, lo mismo ocurre con las dietas pobres en hidratos de carbono o con las dietas hiperproteicas”.

Trucos y remedios naturales para deshacernos de la halitosis

Desde la cadena de herboristerías El Manantial de la Salud, Núria Teixé ofrece algunos consejos para combatir el mal aliento. Recomienda por ejemplo tomar un macerado de plantas a base degenciana, centaurea, anís verde, menta y comino. “Se trata de verter una cuchara sopera con esta mezcla de hierbas en medio vaso de agua y dejarlo macerar toda la noche. Por la mañana, hay que tomarlo en ayunas”.

También recomienda evitar alimentos que sean muy secos o fibrosos y aumentar el consumo de ensaladas crudas. O beber bastante agua para favorecer la secreción de saliva –cuanto mejor sea nuestra saliva, mejor combatiremos las bacterias nocivas que habitan en nuestra boca. Mascar chicle (sin azúcar) también favorece la salivación–.

Si padecemos de gingivitis (a parte de acudir a nuestro dentista), podemos hacer enjuagues bucales con salvia roja. Tenemos que mezclar dos cucharadas de salvia roja con medio litro de gua, ponerlo a hervir, dejarlo reposar unos veinte minutos y colar. También podés preparar una infusión con una cucharada de menta y una taza de agua, dejar hervir diez minutos y beber después de cada comida. El té de ortiga también es beneficioso para eliminar el mal aliento.

El perejil también es un buen remedio para matar los olores desagradables de la boca. Herví dos tazas de agua con varias ramitas y dos clavos enteros. Dejá reposar la mezcla y utilizala como enjuague bucal dos veces al día.

Miércoles, 6 de junio de 2018