Los Warriors vencieron 101-92 a los Rockets en el séptimo partido por el título de la Conferencia Oeste y por cuarto año consecutivo definirán al campeón de la liga con los Cleveland Cavaliers.

evin Durant y Stephen Curry no quisieron ser menos que LeBron James y juntos comandaron a Golden State a su cuarta final de la NBA consecutiva luego de vencer por 101-92 a Houston en el séptimo juego por el título de la Conferencia Oeste.

Tras un inicio que los tuvo como dominadores en casa, los Rockets volvieron a padecer el síntoma del cierre de partido, llegando a la ridícula cifra de 27 triples seguidos errados. Así, la ventaja que habían construido sobre el transcurso del primer tiempo se esfumó ante la falta de plan B y la eficacia de, sobre todo, Durant, autor de 34 puntos.

El ex-Oklahoma fue el líder de los Warriors, secundado de modo excelso por Curry, quien anotó 27 tantos, bajó nueve rebotes, repartió 10 asistencias y robó cuatro pelotas. Una planilla completísima del base del campeón vigente.

Enfrente, los Rockets pagaron su llamativa falta de eficacia con una derrota muy dolorosa, que los dejó en la puerta de volver a una final de la NBA por primera vez desde 1995. James Harden fue lo más destacable del equipo, aunque no estuvo a la altura de una temporada que probablemente lo tenga como el Jugador Más Valioso (MVP). El barbado anotó 32 tantos, pero solo pudo encestar dos de sus 13 triples intentados. En total, Houston metió siete de 44 intentos de tres, una cifra irrisoria para un finalista.

Con este triunfo, Golden State volverá a jugar la final de la NBA ante Cleveland Cavaliers, como sucediera en 2015 (triunfo de los Warriors 4-2), 2016 (victoria de los Cavs 4-3) y 2017 (festejo de los Warriors 4-1).

Martes, 29 de mayo de 2018