El propietario de Astilleros Corrientes, Miguel Gutnisky, dialogó tras el impacto que generó la noticia sobre el “barco fantasma” que navegó desde Astilleros un camping en Empedrado. “Este problema lo tenemos hace más de 20 años y lamentablemente nunca tuvo una solución. Es un buque que pasó a propiedad del Gobierno Nacional, pero nunca cumplió con lo pactado”.

Miguel Gutnisky, dueño de Astilleros Corrientes SA, dialogó con Sudamericana y dio detalles de la historia del “barco fantasma”, aquel que apareció el jueves por la tarde en Empedrado navegando desde la Ciudad de Corrientes.

Contó que la nave es el casco de un buque en construcción que pertenece el Estado Nacional y asegura que “el problema” viene desde hace más de 20 años. “Estamos hablando de una embarcación de más de 100 metros, con todos los problemas que genera su custodia”, dijo a este medio.

En 1993 una empresa privada consiguió financiamiento del Fondo Nacional de la Marina Mercante para construir un barco y la licitación la ganó la empresa ubicada en la margen izquierda del kilómetro 1.200 del río Paraná, recordó Gutnisky. "A mediados de los 90, la empresa que nos contrató entró en concurso y llegó a un acuerdo con el gobierno, a través del cual el Estado se hacía cargo del pago a sus acreedores y se quedaba con el barco. A nosotros nos pidieron que continuemos con la obra, pero nunca avanzó”.

En el 2000, ya con Fernando De la Rúa en la Casa Rosada, Astilleros firmó un acuerdo con el Ministerio de Economía para que el barco en construcción sea removido en un plazo máximo de 60 días, pero el Estado volvió a incumplir.

Según indicó Gutnisky, el Estado Nacional tenía la obligación de sacar el barco del astillero y nunca se cumplió. Se supo que hace unos días una creciente habría roto sus cabos y empezó a navegar a la deriva hasta llegar a La Perla del Paraná.



Lunes, 8 de enero de 2018