BRUTAL FEMICIDIO
Un correntino apuñaló 25 veces a su ex pareja delante de su hija de 4 años
El femicida despechado le aplicó más de 25 puñaladas a su ex pareja en la puerta de una casa de Batán. La asesinó delante de la pequeña hija de la víctima. Los gritos de horror de la nena fueron los que alertaron a los vecinos.
Fue una masacre. Cristina Graciela Fuentes recibió al menos 25 puñaladas cuando salió al frente de su casa a ver quién gritaba desde la vereda. La mujer había regresado vivir hacía tan solo unos días a la vivienda luego de permanecer separada del padre de su hija y también de su hija. El autor del crimen fue su ex pareja, un correntino con quien había tenido una relación amorosa de nueve meses de duración, que la mujer terminó para regresar con su marido.
Fuentes de la investigación dijeron que la mujer había decidido que lo mejor era restablecer el vínculo con su ex marido y terminar la relación con Juan Torancio, el joven con el que había tenido un ligero romance. Sin embargo Torancio no lo toleró, ni lo entendió. Fue a su casa provisto de una navaja y le quitó la vida a puñaladas.
El crimen estremece a Batán y eleva a 7 la cifra de mujeres asesinadas en General Pueyrredon en lo que va del 2017. De esos casos, cuatro configuran el delito de femicidio u homicidio agravado por la condición de género, mientras que los otros asumen otra figura penal por el contexto y la motivación que los produjeron.
La víctima se encontraba con su pequeña hija de 4 años en el momento del ataque. La menor fue testigo de la embestida de Torancio. Los gritos desesperados de la nena, y los de su madre mientras era apuñalada fueron los que alertaron a los vecinos. La policía llegó unos pocos minutos más tarde y detuvo al asesino en el mismo lugar, navaja en mano y todo ensangrentado.
Torancio permaneció detenido en la comisaría octava de Batán sin emitir palabra. Una venda se enroscaba en uno de los dedos lacerados por la misma navaja con la que acabó brutalmente con la vida de Fuentes.
Crónica de una muerte no anunciada
La historia detrás de este femicidio se remonta a 2 años atrás. Fue en aquel tiempo que Torancio y su familia se afincaron en la zona de Batán tras dejar Corrientes.Para entonces Fuentes estaba en pareja y tenía a una pequeña hija con un hombre casi dos décadas mayor que ella y con el cual formaba una familia. Pero como suele ocurrir con cualquier vínculo, el desgaste aceleró ciertas diferencias y a principios de 2017 Fuentes decidió separarse.
En la misma cuadra de la calle 103 vivían algunos familiares de Torancio. Fuentes dejó su casa a medio construir y en esa ruptura perdió también el día a día con su pequeña hija, quien quedó al cuidado del padre. Durante 9 meses, Fuentes forjó un romance con Torancio pese a la oposición del padre de la pequeña.
La relación entre la victima y Torancio no funcionó, es por eso que la mujer poco a poco comprendió que lo mejor era regresar con su hija y con su ex pareja. Con la llegada de diciembre pareció también llegar el ánimo de la mujer para abandonar el romance con Torancio y reconstituir su vida familiar. Desavenencias económicas, tanto como las sentimentales, gravitaron para apurar el retorno, el que se produjo una semana atrás.
Torancio no tenía antecedentes penales, pero sí tenía problemas laborales, ya que lo hacía intermitentemente, con incursiones en las changas de albañilería y en plantaciones de kiwi. No estuvo de acuerdo con la decisión de Fuentes de terminar la relación y decidió actuar. Fuentes sería suya o de nadie más.
En la mañana de este martes tomó una navaja y caminó unos pocos metros hasta la casa en donde Fuentes se encontraba con su hija. El padre de la pequeña había ido ya al trabajo, a una obra en construcción en las antenas de la ruta 226, y eso Torancio lo sabía. Primero llamó a los gritos desde el alambrado que perimetra el terreno hacia la vereda y Fuentes se asomó con su hija.
Se encontraron a mitad de camino, entre la casa y el alambrado. Allí la discusión se hizo tan fuerte que algunos vecinos llamaron a la policía casi al mismo tiempo en que esa disputa verbal, esos insultos y esos reproches se transformaron en un embate a navajazos. Las tres lesiones en las manos indican que Fuentes intentó defenderse pero no pudo hacer demasiado.
A la espera del resultado de la autopsia, los que observaron el cadáver aseguran que tenía más de 20 lesiones en el pecho, algunas en la espalda y varias en el cuello. Fuentes murió en pocos segundos, con su hija a unos metros y Torancio a un lado.Los vecinos se llevaron a la pequeña, la protegieron hasta donde pudieron, justo antes de la llegada de la policía. El “Melli” Torancio soltó la navaja y se dejó atrapar por la policía, que lo llevó hasta una celda de la comisaría octava de Batán.
La fiscal Andrea Gómez dispuso distintas medidas para darle forma a un expediente que será más que nada un trámite. “Fue en flagrancia, así que la prueba no será tan necesaria porque acá está todo claro”, explicó. El agravante de la condición de género se distingue sin discusiones en este caso, que reúne todas las características señaladas en el mismo código penal. Por casos como estos la sociedad se levantó tiempo atrás y creó conciencia. A Torancio probablemente le aguarde una pena perpetua. ElIntransigente
Miércoles, 13 de diciembre de 2017
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