A TENER MUY ENCUENTA
Jamás imaginó las consecuencias: su novio la convenció a tener relaciones sin condón
Cuando la argentina Mariana Iacono tenía 19 años, su novio la convenció para tener sexo sin preservativo. Aunque ella al principio no quería, finalmente cedió y esto le cambiaría la vida.
se contagió del VIH, el virus que, con el tiempo, lleva al SIDA.
Pero ella está haciendo todo lo posible para seguir adelante con la mayor normalidad posible; incluso teniendo pareja.
Antes de que le hicieran el diagnóstico, el médico le preguntó que si se inyectaba drogas o si tenía sexo con diferentes parejas sin protección.
Ya que contestó que no a ambas preguntas, le dijeron que “Sería muy raro que te diera positivo”. Pero dio. Cuando llegó a casa a anunciar su condición, su padre pensó que se refería a que estaba embarazada.
A sus 70 años, él no entendía cómo era posible que su hija tuviera, en sus propias palabras, “Una enfermedad de chorros, de putos y de putas”.
Mariana cortó con su novio y volvió con su novio anterior, que dijo no importarle que tuviera el VIH. “Pero no volvimos a tener sexo”, cuenta Mariana. “Yo tampoco tenía deseo, pero me daba cuenta de que él no quería ni darme un beso”. No duraron mucho tiempo juntos.
Mariana entró en “una fase de experimentación” en la que se hacía preguntas como: “Cuando conozco a alguien, ¿le tengo que avisar? ¿Por qué, si vamos a tener relaciones con preservativo? ¿Cuándo le tendría que decir? ¿Antes de tener sexo? ¿Después? Si quiero una relación seria, ¿se lo tengo que decir de entrada? ¿Por qué si alguien tiene sífilis no tiene que decirlo y yo sí, si usamos preservativo y no te voy a exponer a nada?”.
Fue en 2014 cuando todo empezó a cambiar. En una visita a Brasil conoció a un chico llamado Caio Mota. “En ese viaje nos enganchamos y nos dimos unos besos. Yo después volví a Buenos Aires”, recuerda ella. Pero como se gustaron, siguieron en contacto a través de Facebook, y al poco tiempo ella le confesó que tenía VIH. Jamás se esperó una respuesta así por parte de Caio.
“Saber que Mariana vivía con VIH no fue muy marcante para mí”, confiesa el brasileño. “Porque yo tenía información sobre el VIH. No sé, la verdad es que no tuve miedo. Para mí lo complejo era otra cosa. Yo quería estar con ella pero ella vivía en Argentina y yo en Brasil, eso era para mí un problema”.
Ahora que sí están juntos, Mariana y Caio forman una pareja sero-discordante, esto es: que ella vive con el virus y él no. Y hacen el amor sin preservativo. Ya que ella toma la medicación adecuada, las posibilidades de que le pase el virus a él son pocas, aunque están ahí.
Cuando le preguntan a Caio que si no tiene miedo, él responde así: “Creo que hay que quitar el miedo del camino y reformular nuestras preguntas. Vivir con Mariana en estos años, ver el baile que ella da viviendo con VIH, es aprender a bailar juntos. Y me da la certeza de que no hay nada de qué temer. Solo existe lo que hay que enfrentar, con amor”.
La pareja ahora busca tener hijos y lo quieren hacer, naturalmente, por fertilización in vitro como hacen otras parejas en la que alguno de los miembros está contagiado. Y en octubre se van a casar. Está claro que el amor de esta pareja es mayor que los desafíos que la enfermedad de Mariana presenta. Ahora, a sus 35 años, y gracias a la aceptación de Caio, ha aprendido que se puede vivir con la enfermad siempre que se tenga a alguien que te entienda a tu lado. ¡Les deseamos lo mejor a los dos!
Miércoles, 13 de septiembre de 2017
|