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¿Infidelidad para “salvar” el matrimonio?
Es frecuente escuchar a quienes dicen ser infieles por salvar a su pareja. ¿No será mucho? Parece demasiado, pero hoy parece que tener una o varias aventuras pasó a ser una vía de escape a los años de matrimonio.
Claro, el amante te mantiene activo, joven, enérgico, te sube la autoestima y hasta parece que hiciera que los problemas diarios desaparecieran de la faz de la tierra. Estar con otro a escondidas suma adrenalina y despierta la creatividad. Además, no faltan películas ni chistes que rondan sobre la extraña premisa de que el matrimonio equivale al aburrimiento.
Es real que la rutina aplasta en todos los ámbitos. Cambiar de piel es más sencillo que enfrentar el día a día y superar el obstáculo de a dos, pero las consecuencias pueden ser muy penosas.
“El rojo para la amante, el blanco para la mujer” y “con mi amante lo hago, con mi mujer no me da” son dos frases muy frecuentes en varones que sienten que la madre de sus hijos es sinónimo de sexo prolijo responsable, mientras que la aventura se vive con otra.
Borrar mensajes, ocultar perfumes en la ropa, pensar estrategias para cubrir dónde se estuvo o con quién. Todo un estrés que aun así en muchos casos se prefiere a tener que descubrir la forma para volverse a encontrar con la pareja luego de los años de matrimonio.
Sumar otro afuera podrá ser un camino fácil, pero cuidado con las consecuencias. Descubrir una infidelidad puede transformar la familia en un caos, el matrimonio en una ruptura y las heridas mantenerse profundas por siempre.
Es importante saber que si ambos ponen voluntad y deseo, la pareja constituida puede lograr su bienestar. Como todo cambio, hay que trabajar para ello. Son elecciones para pensar.
Jueves, 1 de junio de 2017
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