PAGARÁN UNA OBRA YA PAGADA
Licitaron la obra de Lázaro Báez, que no cumplió, pero se pagó y certificó la Provincia
La emblemática obra de acceso a los Esteros del Iberá que está judicializada, fue nuevamente licitada por 430 millones de pesos. La Provincia ya certificó la obra y se pagó. Los expedientes anteriores desaparecieron de los armarios de la Dirección Provincial de Vialidad.
El presupuesto oficial asciende a $ 429.999.998,99 y el plazo de ejecución es de 24 meses. Se presentaron nueve empresas oferentes, con sus respectivas cotizaciones de obras y de ahora en más sobreviene la etapa de análisis de cada una de ellas, antes de adjudicar la ejecución a la oferta que la provincia considere como más conveniente.
Todos quienes participaron del acto de licitación, están incluidos en el expediente que investiga la Justicia Federal respecto al pago de sobreprecios y certificaciones de obras que no se ejecutaron durante la administración kirchnerista, pero que fueron signados y avalados por el gobierno provincial.
La causa de los expedientes perdidos de Vialidad y la ruta del dinero K
La denuncia que apunta contra el gobernador Ricardo Colombi y directivos de Vialidad Provincial por su presunta connivencia con el empresario kirchnerista Lázaro Báez, quien cobró una cifra millonaria por una obra que nunca hizo en Corrientes, abrió un impensado capítulo a raíz de la desaparición de documentación clave sobre el tema. Según el denunciante, el ingeniero Rodolfo Amílcar Paladini “fue un robo”. Así lo señala en una ampliación de la presentación que hizo el 14 de abril del año pasado y que le imputa al mandatario provincial la comisión del delito de defraudación agravada.
Paladini cuenta que “el robo” se produjo un par de días antes del allanamiento que realizó a la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) personal de la Prefectura Naval por orden del juez federal, Juan Carlos Vallejos, quien tiene la causa. Con lujo de detalles, el denunciante relata cómo sucedieron los hechos y pone en la mira al agrimensor Luis Dubrez, titular del Departamento de Obras por Contrato, en cuyo archivo se encontraba la documentación desaparecida. “Dubrez es el funcionario responsable del cuidado, tutela y resguardo de importante documentación, citada en la denuncia penal formulada, pues ella era el sostén y fundamento de los actos ilícitos perpetrados”.
Según consigna se trata del pliego licitatorio; pliego de especificaciones técnicas particulares, presupuesto originario de la obra, los planos de proyecto, la oferta completa realizada por la firma Sucesores de Adelmo Biancalani luego Austral Construcciones, los estudios de las modificaciones de obras y precios, los estudios de los aumentos por variaciones de costos, las notas enviadas a la superioridad aprobando certificados de obras realizadas por la inspección, las notas emitidas por los inspectores de la obra a la contratista y a su jefe superior inmediato, los duplicados de las órdenes de servicios realizados por la inspección de obras, los duplicados de actas de inicio de obras y otras actas formales realizadas, como las de paralizaciones de obras, duplicados de las órdenes de servicios, duplicados de las actas convenios con la contratista, el contrato de obra, las fianzas y seguros, etc.
“Era la historia completa o bitácora de la obra, que financiaba y pagaba el Estado Nacional por medio de la Dirección Nacional de Vialidad”, dice Paladini, y aclara “alguna de estas cuestiones estaban archivadas en computadoras del precitado departamento, por ejemplo en los archivos informáticos del ingeniero Brazard, donde allí deberían figurar las nueve redeterminaciones de precios realizadas y reconocidas a la firma contratista cuestionada”.
Relata en su denuncia:
“El señor Clemente Marcos, viejo empleado de la DPV, tenía bajo llave en su armario y archivos todas estas documentaciones, pero a los dos o tres días de la fecha de la denuncia y en horas de la mañana este empleado encontró la cerradura forzada de su armario. Las documentaciones encarpetadas estaban revueltas, se observaban faltantes en las cajas y había papeles desparramados. Es así que de tal hecho, por los gritos del señor Clemente Marcos, tomó conocimiento el mismo jefe agrimensor Luis Dubrez, instalado y calladito en su jefatura, aseverando y afirmando en esa circunstancia sus empleadas, en particular la ingeniera Navarro, como también la agrimensora Alina Barrotaveña (sospechada de la autoría) que ello se hizo por orden del agrimensor Luis Dubrez.
Pero la documentación no había sido retirada de las instalaciones de la Dirección Provincial de Vialidad, sino que simplemente la escondieron sacándola de circulación para hacerla desaparecer.
Dos o tres días antes del 5 de mayo, fecha en que Prefectura produjo el allanamiento ordenado por el señor juez fFederal, y entre las 23.30 y la 1.30, mediante el uso de una camioneta que entró por calle Catamarca (entre Rivadavia y la avenida 3 de Abril) y actuando el personal de Obras por Contrato que comanda el agrimensor Luis Dubrez, bajo su orden accionaron los empleados Samaniego, Chamorro, Ojea, Goncalves y Mancedo. Por información acercada por empleados de ese organismo, éstos retiraron del edificio principal y cargaron en una camioneta, cajas conteniendo carpetas, biblioratos, papeles varios atados. Luego partieron con rumbo desconocido. Se llevaron documentación de la Ruta Provincial Nº 40”.
Respecto de este capítulo, el ingeniero Paladini le sugiere al juez federal: “Que todos los señalados sean citados a prestar declaración por los hechos relatados, también al sereno (del turno noche) quien debió dejar asentado en el libro de parte diario las novedades producidas, especialmente la presencia de personal en horario desusado con carga y retiro de bultos”
Martes, 25 de abril de 2017
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