CAMINOS INTRANSITABLES
Pobladores rurales intensifican reclamo por mal estado de caminos
Aseguran que entrar y salir de sus parajes es una odisea. Ir a la escuela, comprar provisiones o la emergencia por atención médica los enfrenta cada día a la imposibilidad de transitar por caminos vecinales que no se arreglan. El único medio de transporte que los ayuda son los caballos, que ya están “entrenados” para vadear esteros.
Padecieron largos meses de intensas lluvias y muchos de ellos incluso permanecieron aislados por varias semanas. Aunque ahora el peligro disminuyó desde que el fenómeno de “El Niño” ofreció una tregua y dejó de llover, las lagunas y esteros de la zona siguen cargados de agua y en partes desbordados hacia los caminos.
Según los vecinos, aunque ya no están literalmente “aislados”, las dificultades que presenta el transitar por zonas anegadas, con pozos profundos y sin mantenimiento, es una barrera casi igual de compleja de sortear. Comprar mercadería para abastecerse, llegar hasta la ciudad para cobrar asignaciones o sueldos, ir a la escuela, visitar al médico o adquirir medicamentos son meros trámites para cualquier ciudadano. Pero para aquellos que viven en la tercera y cuarta sección de San Luis del Palmar, parecen misiones casi imposibles. “Entrar y salir es casi imposible. La peor parte la pasan los chicos que van a la escuela y tienen que salir todos los días por ese camino. Algunos lo hacen a caballo, otros en moto. Y hay tramos en los que tienen que bajarse para poder cruzar”, relató a época un productor ganadero de la zona. La escuela 111, ubicada sobre Ruta 5, es el establecimiento que recibe a la mayor parte de los niños de los parajes. Con cada lluvia, la asistencia desciende drásticamente, sobre todo por la dificultad para transitar. “Falta entubar los desagües a los lados del camino. Se hicieron varios reclamos pero no hubo acción alguna. Son más de seis kilómetros muy complicados para poder cruzarlos”, remarcó el productor del paraje Garabatá, en la tercera sección rural. También quienes viven en la cuarta sección deben utilizar el mismo camino. “Hay una escuela rural camino adentro, cruzando el estero. Los maestros no siempre pueden sortearlo. Y aunque los pobladores están más acostumbrados, es un peligro para los chicos tener que vadear el estero”, opinó a su turno una vecina. La mujer, de unos 53 años, organiza al menos una salida por semana hacia la ciudad para abastecer de provisiones a su familia. “Voy a caballo, nos mojamos todo para ir a mercar”, relató. Así, un trámite simple para cualquier vecino de la ciudad, como ir hasta el almacén más próximo a comprar alimentos, se convierte para los pobladores rurales en una odisea.
POZOS, HUELLAS DE VEHÍCULOS Y GANADO SON OBSTÁCULOS DIFÍCILES DE SUPERAR. POZOS, HUELLAS DE VEHÍCULOS Y GANADO SON OBSTÁCULOS DIFÍCILES DE SUPERAR.
El rastro de la emer
Miércoles, 3 de agosto de 2016
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