CHOQUES, HERIDOS Y FALLECIDOS EN LA CIUDAD
Inseguridad vial, un flagelo social en ascenso
Los siniestros viales son un tema complicado de abordar y resolver en la mayoría de las ciudades del país, sobre todo en las capitales de provincias donde se aglomeran muchos habitantes y vehículos circulando por las calles. Pero los accidentes de tránsito son una consecuencia de otras cuestiones más complejas y diversas que confluyen y representan las verdaderas causas del desorden vial y sus múltiples efectos.
En este informe, El Litoral intentará abordar la problemática vial de manera integral, consultando a especialistas en la materia, funcionarios municipales y provinciales del área, personal de salud, inspectores y conductores en general, para tratar de determinar las causantes de un mal que va en aumento. Aunque resulte dificultoso marcar de manera clara y concreta los motivos que dan vida a este flagelo social grave, existen varias líneas de abordaje que tienden a explicar la profundidad y complejidad de la situación. De manera estadística vale mencionar que en la provincia hubo 95 fallecidos por siniestros viales en el primer semestre de este año mientras que en la ciudad de Corrientes fueron 26, según las cifras oficiales. Aunque los índices pueden variar según la época del año, los choques son una constante sobre todo en algunas zonas específicas identificadas como conflictivas. Un día como hoy en que vuelve la actividad administrativa y escolar a la ciudad, basta con detenerse unos pocos minutos a observar alguna esquina de mucho tráfico de la ciudad, ya sea en avenidas o dentro del casco céntrico. Las infracciones e imprudencias que se advierten son innumerables. Entre las más repetidas pueden mencionarse los excesos de velocidad, maniobras no permitidas, no respetar la luz roja del semáforo ni las sendas peatonales o no usar el casco. El uso del teléfono celular mientras se maneja, la no utilización de luces de giro o estacionar en doble fila son sólo algunos ejemplos de las irregularidades que se dan y que conspiran contra la posibilidad de un tránsito seguro. Esta falta de apego a las normas por parte de los conductores puede explicarse desde el desconocimiento normativo o bien por la falta de interés que genera el tema en la sociedad. En este marco, con el Estado como protagonista, se plantea la disyuntiva de las posibles soluciones o acciones para subsanar los problemas. Los resultados que se obtengan en la lucha contra la inseguridad vial dependerán en gran medida de una decisión de base sobre la dicotomía entre educación y sanción. Tal vez pueda plantearse una combinación de ambas cosas, con pasos intermedios como la concientización y el control estricto. Las opiniones al respecto son tan variadas como valiosas para lograr al menos un alivio en materia de tránsito.
Lunes, 25 de julio de 2016
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