PERFIL
El francotirador de Dallas, un ex militar traumado por la guerra de Afganistán
"De Afganistán volvió antisocial, no quería hablar más con las personas, ya no creía en Dios. Su interés en las armas había crecido, aunque nosotros no sabíamos nada de eso del odio a los blancos", dijo a periodistas estadounidenses Myrtle Booker, una amiga de su madre.
Johnson, de 25 años, pasó la mayor parte de su vida adulta en el Ejército de Estados Unidos que, según los testimonios, era el sueño de adolescencia.
Este ex militar negro, que primero sirvió en la reserva cerca de Dallas y desde 2013 en Afganistán, aseguró antes de morir tras el asedio policial que su objetivo era "matar a gente blanca, especialmente a agentes de policía blancos", como una respuesta a los recientes casos de gatillo fácil contra ciudadanos negros.
Johnson murió horas después del tiroteo, mientras estaba atrincherado. La Policía envió un robot bomba al lugar donde se encontraba y lo hizo explotar.
En un esfuerzo por reconstruir su perfil, el Ejército de Estados Unidos informó que en 2014 una compañera lo acusó de abusos sexuales y la institución le recomendó ayuda "para la salud mental", según explicó el abogado militar que llevó el caso, Bradford Glendening, en declaraciones tomadas por la agencia de noticias EFE.
Si bien el Pentágono no confirmó el motivo de su baja en el Ejército en 2015, el abogado dijo que fue la denuncia de la joven, además de una mala relación con sus superiores.
"Su comandante tenía aversión hacia él, esto estaba claro", aseguró.
Los testimonios de quienes lo conocían antes de partir a Afganistán lo describieron como "un chico amable y tranquilo", "sin compromisos con causas políticas" y "sin ningún tipo de odio a las personas blancas".
Pero, tras su retorno de la guerra en Afganistán, el joven comenzó a seguir en las redes sociales a grupos negros con causas racistas.
Buena parte de su infancia transcurrió en el suburbio de Garland junto a su padre y su madrastra, una mujer blanca, según detallaron los vecinos, que llegó a su vida tras la separación de sus padres, cuando él tenía cuatro años.
A su vuelta de Afganistán vivió con su madre, Delphene, en el barrio Mesquite -también en Dallas-, y con su hermano menor, a quienes mantenía con su trabajo en un centro social para niños con discapacidad.
Para su entorno, el cambio radical en la personalidad de Johnson fue causado por su experiencia en Afganistán, avivada a su vuelta por el momento de gran tensión racial que vive Estados Unidos, tras la ola de muertes de los jóvenes negros a manos de policías blancos después del asesinato de Michael Brown en el verano de 2014 en Missouri.
Según contaron a la prensa los vecinos, en estos últimos días vieron a Johnson practicar ejercicios militares en su jardín. Además, agregaron, entrenaba en un gimnasio y tomaba clases para aprender a manejar armas.
Estos testimonios encajan con la teoría de la Policía de Dallas que sostiene que Johnson "estaba muy preparado" y planeaba un ataque de mayores proporciones que el que finalmente perpetró el pasado jueves, cuando mató cinco policías y nueve personas resultaron heridas, entre ellas siete policías.
En su casa, la policía encontró material para la fabricación de bombas, chalecos antibalas, fusiles, municiones y un diario personal con tácticas de combate.
"Nuestro registro de la casa del sospechoso nos lleva a creer, basado en los materiales para la fabricación de bombas y el diario que encontramos, que había estado practicando detonaciones y que tenía material suficiente para haber provocado efectos devastadores en nuestra ciudad y nuestro área del norte de Texas", explicó este domingo el jefe de Policía de Dallas, David Brown.
Para la policía, la matanza del jueves estuvo ejecutada con "claridad mental" y "determinación" y sorprendió a los amigos de la infancia y la adolescencia en un barrio suburbano y multicultural del área de Dallas.
La hipótesis policial es que Johnson había planeado atacar a los agentes antes de las asesinatos de dos hombres negros a manos de agentes blancos en Luisiana y Minnesota a principios de esta semana, unas duras imágenes grabadas con teléfonos celulares y divulgadas en las redes sociales que desataron la protesta de Dallas y otras en varias ciudades del país.
Lunes, 11 de julio de 2016
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