ORLANDO
Aún en estupor, EEUU busca respuestas a la masacre de Orlando
Estados Unidos buscaba este lunes respuestas tras el asesinato de 49 personas en un boliche gay de la ciudad de Orlando en la peor matanza con armas de fuego de la historia moderna del país, un atentado que generó reacciones diametralmente distintas en los candidatos presidenciales Donald Trump y Hillary Clinton.
Los últimos cadáveres fueron retirados el domingo por la noche de la discoteca atacada, y diferentes organizaciones de Orlando ya comenzaron a organizar vigilias y homenajes improvisados mientras las autoridades buceaban en los antecedentes del atacante, Omar Mateen, y defendían el manejo de sus contactos previos con él.
Armado con un rifle semiautomático AR-15 y una pistola, Mateen, un estadounidense de 29 años y de familia musulmana, hijo de padres afganos, abrió fuego dentro del boliche Pulse en la madrugada del domingo, durante una fiesta dedicada a la música latina y en el mes del Orgullo Gay.
Según reveló este lunes la policía, el agresor se tiroteó cerca de la entrada del boliche con un policía uniformado, que no logró detenerlo. Un nuevo grupo de oficiales entró a la discoteca y mantuvo un segundo tiroteo, ante lo cual el agresor se atrincheró en el baño con rehenes, dijo el jefe de policía de Orlando, John Mina.
En ese ínterin, la policía consiguió sacar de la discoteca a salvo a "decenas y decenas" de personas.
Luego ingresó un equipo de SWAT, que utilizó explosivos y un vehículo blindado para hacer un agujero en la pared del baño, por la que escaparon decenas más de clientes. Mateen salió por el mismo agujero y volvió a enfrentarse a tiros con la policía, que finalmente lo mató, explicó Mina.
Al término de los disparos, 50 personas, entre ellas el agresor, fueron encontradas sin vida, mientras que otras 53 fueron internadas en distintos hospitales con heridas de diversa gravedad.
En una conferencia de prensa separada, el director del FBI, James Comey, dijo que aún se desconocían las motivaciones últimas del atacante, pero agregó que Mateen había dado "fuertes indicios de radicalización" y que probablemente actuó bajo inspiración de organizaciones islamistas radicales internacionales.
Comey dijo que Mateen habló tres veces con el 911, antes y durante el ataque, y que no sólo manifestó su lealtad al grupo Estado Islámico (EI), sino también su solidaridad con los dos hermanos Tsarnaev, los autores de los atentados contra el maratón de Boston de 2013 y con un estadounidense que murió en un ataque suicida en Siria que cometió en nombre de la rama local de Al Qaeda, un grupo rival del EI.
Algunos años antes, Mateen también expresó su respaldo tanto a Al Qaeda con al movimiento islamista libanés Hezbollah, que es enemigo acérrimo del EI, destacó Comey, haciendo notar las aparentes contradicciones ideológicas del atacante.
El FBI investigó a Mateen durante 10 meses, a partir de mayo de 2013, por esos comentarios, pero luego resolvió dejar de hacerlo por considerar que ya no era necesario.
Antes de dejar de investigarlo, informantes del FBI que se hicieron conocidos de Mateen le preguntaron por esos comentarios, y el joven les dijo que estaba enojado con sus compañeros de trabajo porque lo discriminaban por ser musulmán.
Consultado sobre si el FBI debería haber actuado de manera diferente, Comey respondió que "hasta ahora, honestamente creo que no", informó la cadena de noticias CNN.
En la Casa Blanca, el presidente Barack Obama dijo que no había evidencia clara de que Mateen haya actuado bajo las órdenes del EI o en coordinación con este grupo, que opera en Siria e Irak.
El mandatario agregó que Mateen fue inspirado por información o contenidos extremistas que circulan en Internet, y lo calificó de un aparente ejemplo de "extremismo local", es decir, estadounidense, no extranjero.
El ataque se metió de lleno en la campaña electoral para los comicios de noviembre, con la candidata demócrata Clinton y su rival republicano Trump en las antípodas respecto a las medidas que propusieron hoy para contener la amenaza extremista y controlar la tenencia de armas, endémica en el país.
Expertos en contraterrorismo advierten desde hace años sobre los riesgos que representan los llamados "lobos solitarios", personas que se auto radicalizan y actúan en nombre del EI u otras organizaciones pero sin formar parte de ellas ni estar dirigidos por ellas.
En un encendido discurso en un acto de campaña, el primero desde el ataque, Trump achacó el problema al sistema inmigratorio disfuncional de Estados Unidos, pese a que el atacantes es norteamericano.
El virtual aspirante republicano reiteró su llamado a prohibir temporalmente la entrada de los musulmanes a Estados Unidos, y dijo que la veda podía levantarse una vez que el gobierno sea capaz de investigar a los inmigrantes "adecuada y perfectamente".
Yendo aún más lejos, Trump dijo que había que "suspender la inmigración de zonas del mundo donde haya una demostrada historia de terrorismo contra Estados Unidos, Europa y nuestros aliados", aunque no dio detalles de cuáles serán esos países ni de si la prohibición se aplicaría también sin tener en cuenta la religión.
Por su parte, en otro acto de campaña, Clinton dijo que la detección y detención de los lobos solitarios será una de las prioridades de su presidencia. Puertas afuera, llamó a redoblar la campaña de ataques aéreos contra posiciones de EI en Siria e Irak que realiza una coalición liderada por Estados Unidos.
La candidata demócrata también exhortó con vehemencia a prohibir las armas de guerra, y se preguntó cómo pudo ser posible que alguien como Mateen, investigado por el FBI, haya podido comprar una, la que utilizó en el ataque.
"Creo que las armas de guerra no tienen lugar en nuestras calles", señaló.
El discurso de Clinton fue sobrio y moderado. Aunque trazó implícitas diferencias con Trump, nunca lo nombró por su nombre, e incluso dijo: "Hoy no es un día para hacer política".
Trump, en cambio, atacó repetidas veces a Clinton durante su discurso.
El republicano la acusó de haber querido abolir la enmienda constitucional que permite la posesión de armas, y agregó que no podía considerarse amiga de los gays y las lesbianas cuando al mismo tiempo apoya permitir la inmigración desde países que discriminan a quienes no son heterosexuales.
"Hillary Clinton no puede decir que es amiga de la comunidad gay", señaló.
En tanto, en Orlando, Florida, un continuo flujo de personas desfilaba hoy por un sitio de homenaje a las víctimas improvisado a un kilómetro de Pulse. Los asistentes depositaron allí decenas de ramos de flores y velas.
Pese a sus afirmaciones sobre el EI en sus llamados al 911, la homofobia también parece haber jugado un rol en las motivaciones de Mateen, según declaraciones de su padre, Seddique Mir Mateen, quien dijo que su hijo se indignó hace unos meses cuando vio a dos hombres besarse en Miami.
Asimismo, la ex mujer de Mateen atribuyó su violencia a un desequilibrio mental, afirmando que sufría el trastorno bipolar y que la golpeaba.
Obama dijo que los investigadores todavía estaban tratando de determinar los motivos del ataque y que consideraban todas las posibilidades, al tiempo que hizo notar que extremistas islámicos como los del EI son conocidos por atacar también a gays.
Hoy, el EI volvió a reivindicar el atentado mediante un comunicado emitido por su emisora de radio en el que calificó a Mateen de "uno de los soldados del califato en Estados Unidos".
El comunicado agregó que el atentado tuvo por blanco a cristianos y a gays y que fue el más letal en Estados Unidos desde los ataques del 11-S de Al Qaeda a las Torres Gemelas y el Pentágono, en septiembre de 2001.
Treinta y nueve de las personas fueron muertas en el club nocturno, mientras que las otras fallecieron en hospitales, dijo hoy el alcalde de Orlando, Buddy Dyer. Horas más tarde, las autoridades difundieron una lista con las identidades de 48 de las 49 víctimas mortales, quienes en su mayoría eran latinas.
Cinco de los 53 internados estaban en condiciones críticas, dijeron hoy fuentes hospitalarias.
Martes, 14 de junio de 2016
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