El Xeneize había arreglado con el Lobo para que el volante continuara su préstamo en el equipo de Barros Schelotto, pero los italianos, dueños del pase, pidieron un millón y medio de euros para aceptar el trato. Ya buscan por otro lado...

Inmediatamente luego de la confirmación de la lesión de Fernando Gago, los engranajes de la maquinaria que toma las decisiones futbolísticas de Boca comenzaron a moverse en busca de un reemplazo. La idea de Guillermo Barros Schelotto era buscar un jugador capacitado para ponerse la camiseta y jugar directamente, salteando el período de adaptación teniendo en cuenta que el plantel está en plena competencia.

Por eso, todas las consideraciones se concentraron en un solo candidato: Fabián Rinaudo, por quien Boca llegó a un rápido acuerdo con Gimnasia de La Plata. La idea era que el volante, cuyo pase pertenece a Catania, continuara el préstamo que tenía con el Lobo hasta el 30 de junio en el Xeneize, bajo las mismas condiciones. Boca compensaba económicamente a Gimnasia y asunto sellado.

Para ello, ambos clubes argentinos armaron una carta de intención para los italianos dejando en claro la continuidad de la cesión y que, finalizado el plazo, sería Boca quien negociara si deseaba mantener al jugador. Pero Catania tendría la última palabra, y no tardaron en aparecer dudas sobre la operación. ¿Pedirían un dinero extra a cambio de aceptar? Pasaron las horas y se confirmó la teoría con una cifra impensada.

Un millón y medio de euros reclamó el conjunto italiano para dar su visto bueno, y superado el espanto en Boca no pierden tiempo y ya buscan otras alternativas. Así, la posibilidad de ver a Rinaudo con la casaca de Boca quedará como el endeble recuerdo de una ilusión fugaz que apenas duró poco más de una jornada.

Miércoles, 27 de abril de 2016