¡SOY SU FAN!
A Natalia Oreiro le llegó la oportunidad de su vida: interpretar a Gilda
Después de muchos años de espera, la actriz se pondrá en la piel de Gilda, la recordada y querida cantante popular. Los motivos por los que el personaje la toca en sus fibras más íntimas: Creo que ella está digitando este logro.
A 20 años de la muerte de una de sus cantantes preferidas, Natalia Oreiro (38) concreta un sueño: interpretarla en Gilda, no me arrepiento de este amor, el filme que recreará la conmovedora historia de vida de la inolvidable intérprete popular. “Hace casi veinte años que estoy esperando este momento, esta oportunidad. Es un desafío inmenso por distintas razones. ¡Soy fana de Gilda! Como mujer, me siento muy identificada con sus letras. Luego, a medida que fui conociendo su historia, fui admirando su valor para cumplir sus sueños. Me inspira, me da fuerzas, me da ganas. Y me siento muy afín en que cuando creemos que tenemos todo resuelto, dar un giro y animarse a hacer lo que verdaderamente uno quiere es algo que compartimos. Es un orgullo y una enorme responsabilidad como intérprete y como mujer. Responsabilidad por su hijo Fabrizio, que confió en Lorena, la directora, y en mí para que logremos este sueño. Lo vamos a hacer con mucha dedicación, respeto y alegría, que es lo que quedó en el corazón de todos nosotros con su música”. –¿Te da miedo este nuevo proyecto por lo que significa para vos? –Trato de no usar en mi vocabulario la palabra “miedo”. Creo que el miedo inmoviliza y hace que no puedas avanzar. Ante una situación de miedo, uno trata de escapar. Pero es tan grande el proyecto en lo personal que me genera mucha ansiedad porque es importante para mí, hace muchos años que lo quiero hacer, para muchos es un referente y porque, por primera vez, interpreto a alguien que existió. Y si bien es una ficción que está basada en hechos reales, la gente tiene muy presente la imagen de Gilda. No soy imitadora. Soy una actriz que interpreta. Y lo que logré es la esencia de ella, que era lo que quería comunicar. Hay mucha gente en la película que la conoció mucho, que me ven cantar, bailar y vestirme y se emocionan conmigo, por lo similares que nos ven. –¿Cuánto hace que tenés a Gilda dentro de vos? –Me mudé a Buenos Aires en el 94 y comencé a relacionarme de a poco con la música de acá. La cumbia es un género que me gustó siempre. En mi adolescencia, en Uruguay, he ido a bailar al Euskaro, que es como Metrópolis acá. Empecé a investigar lo que aquí sonaba y a escucharla a ella. Luego el desenlace trágico me conmovió desde ese lugar y empecé a escucharla más profudamente. Me daba mucha fuerza. Yo era una chica muy joven, de 16 años, vivía sola y su música me transmitía mucha alegría y esperanza. En el 98 protagonicé Muñeca brava (novela con Facundo Arana, éxito en Telefe) donde propuse que existiera una bailanta, y así la pude homenajear. Luego, más adelante, en otra serie que protagonicé, Sos mi vida, redoblé la apuesta. Canté la cortina musical, que era Corazón valiente, y desde ese momento, que ya era una mujer, empecé a hablar de mis ganas de interpretar a Gilda en el cine. Fueron varios los directores que intentaron hacerla y llegué a leer como cuatro o cinco guiones. Queríamos hacer la peli pero los derechos no se conseguían. Mis ganas siempre estuvieron. Y sabía que, en algún momento, esa oportunidad iba a llegar. Llegué a pensar en apurar el momento porque no me quería pasar de edad. –Claro, para que el personaje sea lo más real posible… –Ahora entiendo que me llegó en el momento justo. Tengo una edad acorde, soy mamá y sé lo que significa dejar a tu hijo para ir a trabajar. Creo que ella, de alguna manera, está digitando toda esta situación. A mi mamá le gusta Gilda, a mi hermana también, y cuando voy a Rusia canto sus temas y a los rusos les encanta. Me conmueve imaginar la fuerza interior que debe haber tenido Gilda para cumplir su sueño y seguir siendo mamá. Creo que uno tiene que ser feliz como individuo y estar feliz para que los otros también lo estén. –A Gilda se le atribuían poderes de sanación, ¿alguna vez le pediste algo? –El amor que generaba hizo que la gente la viera así. Es algo que le pasaba al otro, no a ella. Jamás se hizo cargo de ese punto. Cada vez que un fan le contaba que lo había curado su música, ella le decía que eso lo hacen los médicos. No se atribuía ningún tipo de poder que no fuese el de salir y cantar. El amor que le ponía a lo que hacía es lo que trascendió. Y si alguna vez le pedimos algo, preferimos reservarlo para la intimidad. Lo más contudente y que no fue buscado es el año en que, fnalmente, podemos hacer la película. Estrenamos, por lógica cinematográfica y distribución, en septiembre, en el día de la fecha de su accidente. Es algo que nos trasciende. Y más señal que esa…
Lunes, 18 de abril de 2016
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