La foto de una activista danesa que le daba de tomar agua limpia dio la vuelta al mundo, pero su realidad es muy distinta ahora, tras varias semanas de tratamiento y cuidados.

Hope, el niño nigeriano de dos años cuya foto sacudió al mundo en febrero pasado, se recupera a pasos agigantados en su nuevo hogar, un apéndice de la Fundación para la Educación y el Desarrollo de los Niños Africanos, la organización que lo acogió.

La danesa Anja Ringgren Lovén encontró a Hope desnutrido e infectado por gusanos en las calles rurales de Nigeria el 31 de enero pasado. El pequeño había sido abandonado por su familia ocho meses antes bajo la sospecha de que era un brujo.

"El día en que cargué a este dulce niño en mis brazos estaba tan segura de que no sobreviviría. Luchaba para dar cada respiro y yo no quería que muriera sin un nombre, sin dignidad, así que lo llamé Hope", escribió Anja el 16 de marzo pasado a través de Facebook, donde compartió fotos actuales del pequeño.

"Hope es un nombre especial para mí. No sólo el significado, sino también lo que implica. Hace muchos años me tatué ese nombre en los dedos porque para mí significa: 'Ayuda a una persona cada día'. Esta es una foto de Hope sacada hoy", contó la mujer, quien vive con su marido, David Emmanuel Umem y el hijo de ambos, David Junior, en Uyo, Nigeria.

Con el correr de las semanas, y los cuidados que Lovén y sus compañeros le dieron, Hope ganó peso y comenzó a desarrollar sus capacidades cognitivas, aunque todavía está un poco atrasado con respecto a los otros chicos de su edad debido a la falta de nutrición.

Anja, quien es fundadora de la organización que salvó a Hope y a otros 35 niños en Nigeria, inició una campaña a través de las redes sociales para luchar por los derechos infantiles en todo el mundo.

"Este es un mensaje fuerte de mi hijo, David Jr., por la lucha por los Derechos de los Niños de todo el mundo. Un mensaje de parte de Hope con la esperanza de que todos los chicos del mundo vivan con alegría, amor y protección", publicó en Facebook.


Miércoles, 30 de marzo de 2016