UNA NOCHE PARA EL OLVIDO
Un golpazo que obligará a River a encarar varios replanteos
Por primera vez en el ciclo Gallardo sufrió cuatro goles. El equipo de Gallardo no aprovechó la ocasión para acercarse a Central. ¿Ahora se dedicará solo a la Copa?
Parece difícil que si River no aprovechó está oportunidad en Santa Fe -sobre todo conociendo la derrota de Rosario Central- para ganar y ponerse a un triunfo de la cima de la Zona 1, que desde este doloroso resultado para adelante disponga de mejores ocasiones para inscribirse en la lista de candidatos a ganar el título a nivel doméstico. Colón, que llegó al duelo con las heridas propias de varios reveses consecutivos y un arco fácilmente vulnerable, aprovechó todos los errores defensivos del oponente y, con seis minutos impensados en el segundo tiempo, se quedó con un triunfo trascendental para oxigenar un momento difícil del año.
El fútbol sabe de estas cosas. A veces, un partido entre dos equipos conducidos por entrenadores que proclaman y -generalmente- plasman ideas ofensivas, con una interesante inversión de energías en el ataque, el resultado no es el esperado. El primer tiempo de Colón y River fue una síntesis de eso. Es que la reiterada pérdida del balón terminó afeando la producción de ambos. Y más que eso: hubo pocos atractivos y casi nada, excepción hecha de los goles, en las áreas.
Gallardo varió el esquema habitual. Su River se presentó a orillas del río Salado con un 4-2-3-1, ubicando por delante de Domingo y Lucho González a un trío integrado, desde la derecha a la izquierda, por Ignacio Fernández, Andrés D’Alessandro y Pity Martínez. El uruguayo Alonso, por su parte, quedó arriba como única referencia para ir hacia el marco de Broun.
Colón, por su parte, con la sobrecarga de haber perdido los últimos tres partidos y de haber recibido 11 goles, se consumió en la propuesta: vértigo y presión. Pero de tres cuartos hacia Barovero, casi nada.Si los goles son tomados como una síntesis de lo que produjeron cada uno, alcanza y sobra para entender la primera mitad. Centro de Casco y resolución de Mammana donde nadie lo esperaba. Las bondades en la pegada de Ruiz al servicio de un bombazo que se hizo inatajable para Barovero y empate. Nada de elaboración. Todo contundencia.
Todo lo anterior no hacía presagiar que la definición del partido se iba a concretar antes de que el reloj marcara el primer cuarto de hora de la etapa complementaria. Después de que Alonso desperdiciara la mejor maniobra en ataque de su equipo, cuando River se estaba acomodando a la salida de Lucho González, los presentes en el estadio se chocaron con la realidad. Seis minutos necesitó el equipo de Darío Franco para juntarse con una victoria que la necesitaba como el aire para vivir. Entre las fallas de Barovero, la justa expulsión de Fernández y el estado de gracia en el que se encuentra Ruiz -hizo tres goles y acompaña a Bordagaray como goleador del campeonato- hicieron que la incógnita del resultado se despejara media hora antes de que Rapallini tocara pito por última vez.
Cuando la chapa del marcador pintó el 4-1 para el anfitrión, a River no le quedó resto como para siquiera forcejear y tratar de revertir el resultado de algún modo. Es más: fue Colón, que aprovechando el envión de saberse vencedor el que anduvo cerca de ponerle al triunfo un número de esos que se dan de tanto en tanto.
Nada es para siempre, pero no falta mucho para que Gallardo tome la decisión de que lo mejor de lo que tiene a disposición queda afectado directamente al objetivo de defender la Libertadores. Lo de anoche fue un golpe demasiado duro como para recomponerse en lo inmediato cuando, simultáneamente, se tiene la cabeza en dos frentes. Justo le clavaron una goleada cuando Central estaba al alcance de la mano.
Lunes, 14 de marzo de 2016
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