Antes del estreno de su novela, el galán pasó unos días en Mardel. ¿Cómo le fue? l Para nada bien, por culpa de un factor irremediable. ¿Qué fue lo que pasó?

Al mejor estilo galán, Luciano Castro (40) no sólo despunta el vicio en Los ricos no piden permiso, el nuevo tanque ficción de El Trece. También lo hizo en sus minivacaciones. Pocos días antes del debut de la novela, el actor se instaló en la Ciudad Feliz para compartir días de playa y descanso con su familia. Fue acompañado por su mujer, Sabrina Rojas, y sus dos pequeños hijos, Esperanza (2) y Fausto (1). ¿Dónde se alojaron? En Manantiales, el mismo apart hotel que compartieron hace seis años, en el verano en que se pusieron de novios haciendo teatro con Valientes.


Amante de la recreación en el agua, Luciano se retiraba al mediodía del complejo con toda la intención de llegar al mar y surfear. Pero sufrió –como todos– el mal clima que acompañó la primera quincena de enero. Camino a las playas del sur, se detenía en estaciones de servicio y mercados para abastecerse, pero una vez llegado a destino tenía que cantar las hurras y volverse. El lunes 11 vio el estreno de Los ricos no piden permiso junto con todo el elenco, en Baires. Ya tendrá revancha en Mardel.