"YA TIENE QUIEN LE PASE BRONCEADOR"
El nuevo novio de Eugenia Tobal
Fue inútil la charla por WhatsApp con la actriz: no contestó a las preguntas sobre sus acompañantes. ¿Oculta un noviazgo o son solamente amigos quienes están de vacaciones con ella en Punta del Este? La que calla, ¿otorga?
Tuvo un año movidito. No fue tal vez un período tan agitado como en épocas anteriores, como cuando se separó de Nicolás Cabré o cuando debió superar un profundo bajón anímico que sus sentimientos, heridos, le provocaron. Para Eugenia Tobal, 2015 fue bastante más calmo. Doce meses que mezclaron la estabilidad laboral en televisión, sin protagonismos fuertes en ficciones pero con la relajación de saber que en la pantalla chica también se puede disfrutar. Su lugar en Pura química parece intocable. En el programa que ahora conduce Leo Montero, la actriz aparenta haber encontrado más que un trabajo. Hay un grupo de compañeros que la aprecian, que la contienen y que hasta humorizan al aire sobre su estado civil. Claro, conocen perfectamente que Eugenia no quiere quedarse sola de por vida. Que, incluso, suele aferrarse a la fe para que el día de mañana la encuentre acompañada por una familia que, cuidado con esto, no necesariamente debería contemplar el modelo tradicional. Lo que realmente le importa a Eugenia es, digámoslo, ser mamá. No es una novedad que estamos comunicando. Es, definitivamente, su deseo más entrañable. Lo documenta, sin ir más lejos, su pedido expreso al papa Francisco en Roma. Hasta allí se fue Eugenia para buscar en una conversación casi íntima con el Sumo Pontífice la bendición que pretende para alcanzar su objetivo. Fue a fines de octubre. Un momento único que trascendió las barreras de la privacidad y tomó estado público, generando rebotes en los medios y lágrimas en más de un televidente. Mucha emoción. Hoy es hora de distenderse. De descansar y de cargar las pilas de cara a lo que viene. Al igual que muchos otros famosos argentinos, Eugenia eligió las playas de Punta del Este para transitar sus vacaciones. Y, desde luego, no lo hizo sola. Lo hizo secundada por un grupo de amigos, con los que se divierte cada tarde entre el color bronceado y los chapuzones. Se trata de una numerosa comitiva, que incluye adultos y también niños. Sí, claro, como si fuese una familia. Eso que tanto añora Eugenia y que, sin dudas, en un futuro no tan lejano logrará formar. Todo es cuestión de fe, algo que ella jamás pierde.
Lunes, 18 de enero de 2016
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